A una hora en tren al norte de Londres, desde la estación de Liverpool Street, la ciudad de Cambridge destaca por muchas más cosas que por su universidad, aunque sin duda ésta es uno de los grandes atractivos de la ciudad natal de Oliver Cromwell, una de las grandes figuras de la historia británica.

La ciudad de Cambridge se puede fácilmente visitar en un día, recorriendola a pie y explorando alguno de los colleges más importantes, así como disfrutando del ambiente y relajándose a las orillas del río Cam.

Una de las cosas que se debe hacer cuando se visita Cambridge es conocer su universidad, una de las más famosas del mundo con una lista interminable de exalumnos ilustres. Los colleges en los que se divide la universidad están repartidos por toda la ciudad y van desde los más antiguos, fundados en el siglo XIII hasta los más modernos. El King’s College es uno de los más impresionantes. Fundado por el rey Enrique VI, su capilla es uno de los vestigios del gótico inglés más importantes. Además está en continuo uso para la celebración de oficios religiosos todos los días.

Muy cerquita de allí, en la acera de enfrente y junto al Corpus Christi College se encuentra el curioso Reloj Corpus, inaugurado en 2008 por Stephen Hawking. Hay varias cosas que hacen a este reloj original, una de ellas es el enorme saltamontes que parece devorar el reloj y la otra es que, por su mecanismo, tan solo da la hora correcta cada cinco minutos, entre esos intervalos el péndulo se acelera o se detiene para representar la irregularidad de la vida.

En nuestra escapada a Cambridge visitamos también St. John’s College. En uno de sus patios es posible encontrar la segunda réplica del puente de los suspiros de Venecia, la otra es posible visitarla en Oxford.

Además callejeando por el centro de la ciudad nos encontramos por casualidad con una iglesia muy especial, dedicada a St. Botolph, patrón de los viajeros y en donde unas señoras muy amables vendían dulces caseros y muchas más cosas para recaudar fondos para la restauración de la iglesia. Nos unimos a la causa y nos comimos unos cupcakes en las mesitas que habían colocado en el pequeño pero encantador cementerio de la parte de atrás.

No fue la única iglesia que visitamos, ya que entramos  también  en la Round Church, construida hacia el 1130, está inspirada en el Santo Sepulcro de Jerusalén. Su forma circular la hace casi única, pues solo hay cuatro así en toda Inglaterra.

Finalmente nos acercamos a conocer el Museo Fitzwilliam, el museo de arte y antigüedades de la universidad de Cambridge. La entrada es gratuita y sus colecciones recorren desde piezas egipcias, griegas y romanas hasta pinturas de principios del siglo XX.

Antes de marcharte de Cambridge no olvides dar un paseo por las orillas del río Cam, donde además del puente de los suspiros te encontrarás con el famoso puente matemático, el cual, según cuenta la leyenda fue construido por Sir Isaac Newton sin utilizar ningún tipo de sujeción y que lo utilizaba como parte de sus lecciones, obligando a sus alumnos a montarlo de nuevo. Aunque lo cierto es que esta leyenda no es cierta, ya que el puente fue construido con posterioridad, a finales del siglo XVIII.

Después de un paseo así y de haber respirado el ambiente de una de las ciudades universitarias más famosas del mundo, toca volver a casa. Eso si, con la lección bien aprendida.