Sin duda alguna las islas griegas son un pequeño paraíso lleno de rincones con encanto, pero entre todas ellas, personalmente hay un rincón que me fascinó, el pequeño pueblo de Klima, en la bonita isla de Milos, un pequeño emplazamiento que hace las delicias de todo aquel que se acerca a conocerlo, y es que sus viejas casas, puertas de colores y el ambiente que desprende, hacen de este pequeño lugar una maravillosa experiencia.