Si hay un lugar en Londres donde uno nunca puede aburrirse, ese es Covent Garden, uno de los lugares con más encanto de la capital de Reino Unido. Muy bien comunicado por metro a través de la Piccadilly Line, y no lejos de Leicester Square, una de las zonas más animadas de la ciudad, ideal para tomar unas cervezas y repleta de pubs y teatros.

Covent Garden, era ya bien conocido desde época de los romanos, pero su nombre viene de época medieval, ya que en esta zona se encontraba la huerta de la abadía de St. John, que abastecía de hortalizas a la ciudad de Londres. Por supuesto, tierras tan codiciadas fueron objeto de numerosas disputas entre los nobles, hasta que fueron concedidas de forma permanente al duque de Bedford.

El aspecto actual de la zona se remonta al siglo XVII, cuando se construye la plaza porticada al estilo de los mercados de la época. Ya desde entonces, es una zona transitada, uno de los centros de la vida londinense, sobre todo tras el incendio de 1666, que destruye muchos otros mercados, convirtiendo a éste en uno de los más importantes de toda Inglaterra.

Como en tantos otros lugares de Londres una placa nos recuerda a las víctimas causadas por los bombardeos nazis de la Segunda Guerra Mundial y la importante labor de este mercado como fuente de abastecimiento de la ciudad.

En los años 70, para evitar la reestructuración y la destrucción del espacio, el mercado se traslada a New Covent Market, y la zona queda deprimida hasta que se reabre como atracción turística en 1980. Desde entonces Covent Garden se ha convertido en un punto de encuentro y de entretenimiento.

Y es que la tradición de espectáculos y actuaciones vienen también de lejos, ya que se documentan diversas actividades de entrenamiento desde el siglo XVIII. El nivel es alto ya que los artistas e intérpretes deben pasar diversas audiciones para poder actuar, tanto en el mercado cubierto, donde se hacen espectáculos de música clásica y ópera, como en la plaza y en los alrededores donde encontramos desde cantantes hasta magos y malabaristas, pasando por adorables clowns que sacan una enorme sonrisa a niños y mayores.

Una de las partes con más encanto es Apple Market, en el edificio central, con un montón de puestecitos de artesanía, y Jubilee Market, un mercado de artículos generales donde los lunes se celebra un mercadillo de antigüedades.

Además en los alrededores se encuentra la colorida zona «secreta» de Neal’s Yard» el Museo del Transporte, un lugar curioso si tenemos en cuenta a los famosos autobuses rojos y que nos encontramos en la ciudad con el metro más antiguo del mundo, y la Royal Opera House, un lugar de referencia en cuanto a las artes escénicas y el ballet se refiere.

En definitiva, Convent Garden es un lugar más en la lista de imprescindibles de Londres, por su ambiente, sus terracitas, sus puestos del mercado, su historia, y, en general, el encanto de la zona.

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