Ya que estamos en Reino Unido y habíamos visitado la ciudad de Cambridge, no podíamos dejar pasar la oportunidad de visitar la ciudad  de Oxford, en la que tiene sede la que posiblemente sea la universidad más renombrada del país británico.

Tras coger el tren en la estación de Paddington, en Londres, y tras casi una hora de camino, llegamos a Oxford con una lista más o menos larga de cosas por hacer que incluían, por supuesto la visita al Christ Church College, cuyo hall inspiró el aspecto del Gran Comedor de Howarts en las películas de Harry Potter.

Esa fue nuestra primera parada, para la que tuvimos que hacer más de media hora de fila, aunque si eres fan de Harry Potter merece la pena. Además el Christ Church College es también el lugar en el que estudió Lewis Carroll, creador de una de las historias fantásticas más apasionantes, Alicia en el país de las maravillas.

Después de eso nos dirigimos  hacia la Bodleian Library, un lugar donde los apasionados de la lectura desearían perderse, ya que en sus más de 170 kilómetros de pasillos hay una copia de cada libro publicado en Inglaterra desde el siglo XVII.

Por desgracia cuando llegamos (al mediodía) ya estaban vendidos todos los tours para ese día y nos quedamos con las ganas de ver lo que sirvió de escenario para la sección prohibida de la biblioteca de Howarts en la primera película de la saga; aunque por el módico precio de un pound pudimos visitar la Divinity School, que hace las veces de enfermería en las películas de Harry Potter.

Justo al lado se encuentra el impresionante edificio circular, la Radcliff Camera, también perteneciente a la biblioteca bodleiana, y la iglesia de St. Mary, desde cuya torre, a la que se puede subir por 4 pounds, dicen que se obtienen las mejores vistas de la ciudad.

En lugar de subir decidimos admirar el edificio del teatro Sheldonian y perdernos por los patios de la biblioteca hasta toparnos con la réplica del Puente de los Suspiros de Venecia, que une dos edificios pertenecientes al Hertford College.

Con esto ya teníamos pateado más o menos lo imprescindible de Oxford, aunque nos dejamos un ratito para visitar el museo Ashmolean, el primer museo universitario que se creó allá por el siglo XVII, y que cuenta con una importantísima colección de arqueología y momias egipcias.

Acabamos el día paseando por el canal de la ciudad y en donde según nos dijeron entrenan para la famosa regata contra la universidad de Cambridge.

Oxford es una buena ciudad para alejarse por un día de Londres, ya que no está lejos, y conocer los entresijos y la historia de una de las universidades más afamadas del mundo, aunque si tuviera que ponerle un “pero” a esta ciudad, sería la gran cantidad de turistas con los que nos cruzamos. Algunas calles y monumentos estaban realmente abarrotados. En este sentido nos gustó mucho más Cambridge que, a pesar de ser también una ciudad turística, no está tan masificada.

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