Despidiendo al río Tajo y entre siete colinas, al modo de la città eterna, Lisboa esconde entre sus empinadas calles balcones y miradores a vistas de ensueño .Es una pena visitar Lisboa y no aprovechar para conocerlos y disfrutar de sus vistas, ya que valen mucho la pena y son instantáneas de esas que no se olvidan fácilmente. Intentamos recorrerlos todos, y aunque alguno de ellos estaba en obras, no fue un impedimento para recrearnos con los rincones que muestran. He aquí los principales.