Lo siento. No se me ocurría otro título en esta entrada. Si por algo conocemos Collioure es por haber servido de exilio a Antonio Machado. Desde niños lo hemos estudiado. Machado se exilió en Francia durante la Guerra Civil Española y eligió Collioure como destino, donde murió. Y como vais a ver, no se equivocaba el bueno de Antonio, porque puestos a exiliarse, mejor hacerlo en un lugar con encanto, y Collioure, además de una gran sorpresa, resultó ser un sitio maravilloso.
Y es que Collioure resultó ser un pequeño pueblito con mar, a muy pocos kilómetros de la frontera con España, y no lejos de las vecinas ciudades de Perpignan, Carcassonne o Narbona. Pero desde luego no un pueblo con mar cualquiera. Collioure tiene un encanto especial y eso se nota desde el primer momento en que pones el pie allí.
Históricamente, ha sido un pueblo de artistas. Aquí residió y murió Machado, pero también vivió Matisse, Picasso, Derain, Marquet… y eso en sus calles se nota. Simplemente paseando por algunas de sus empedradas calles verás multitud de tiendas de artesanos, artistas y de colecciones. Recuerda un poco a Cadaqués, de la que no dista mucho, en la Costa Brava.
Uno de los puntos principales de Collioure es el castillo real, una fortificación que protege el acceso al puerto de la localidad. Podéis pensar que es el más fotografiado pero no. La torre del campanario, de forma circular, se lleva gran parte de las fotos que se realizan en Collioure.
Quizás la tumba de Machado sea el único «monumento» que pueda hacerle algo de sombra. Y eso si lo llamamos monumento, claro. Bien es cierto, que la mayoría de la gente española que pasa por Collioure le hace una visita al bueno de Antonio. Y le llevan flores. Y le ponen la bandera de la república. E incluso, le escriben cartas. Y es que junto a la tumba hay un buzón para escribirle cartas que luego recoge la Fundación Antonio Machado.
Por cierto, que si os dais un paseo por el pueblo, veréis pequeños marcos de cuadros que encuadran algunos de los lugares más emblemáticos de Collioure. Son parte de la conocida como ruta del fauvismo. Un total de 20 marcos que encuadran algunas de las obras realizadas por Mattisse y Derain en Collioure.
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