Como dentro de un laberinto. Así te sientes cuando das por casualidad con tu primer traboule y te dejas llevar por la curiosidad de explorar el otro Lyon, el desconocido, ese que no se ve pero que está ahí y que lo ha estado siempre. Las calles «secretas» que ni siquiera los propios lyoneses conocían a la perfección, son hoy uno de los mayores atractivos de la tercera ciudad en tamaño de Francia. La expresión perderse por la ciudad, es mucho más fácil de lo que parece en Lyon.
El nombre de traboule es el nombre con el que se conocen popularmente a calles que tras los portales permiten el paso entre calles atravesando los patios de las casas. Su nombre, proviene del latín «trabulare», que significa «atravesar».
Las traboules son un elemento de la arquitectura francesa de la época, aunque no son muy corrientes. En todo el país, podemos encontrar traboules solamente en cuatro o cinco ciudades, como en Chambéry, Villafranche-sur-Saona o Saint Etienne, aunque sin duda, las más famosas son las de Lyon, con cerca de 500 traboules, y más concretamente, las del viejo Lyon, la parte en la que mayor número de pasadizos encontramos, la mayoría de estilo renacentista.
Se cree que las primeras traboules datan del siglo IV y que entre otras cosas eran utilizadas por los tejedores de seda instalados en la parte alta de la colina para acceder rápidamente a la parte baja de la ciudad para negociar con los comerciantes. Estos mismos atajos tuvieron un papel destacado en la Segunda Guerra Mundial, sirviendo como escondite de los combatientes de la resistencia.
Hoy, muchas de ellas son visitables, aunque no todas. En la oficina de turismo puedes pedir un mapa y recorrer algunas de ellas. Las traboules atraviesan patios y casas donde sigue viviendo gente, por lo que no hay que al recorrerlas hay que intentar hacerlo en silencio para no molestar. Además de recorrer las traboules y atajar en tu visita a la ciudad, descubrirás algunos patios y torres llenos de encanto.
Llama la atención como en alguna puerta avisan mediante un cartel que no estamos ante una traboule, y es que son muchas las personas que deciden ir probando suerte por distintas puertas intentando descubrir los pasadizos y tesoros arquitectónicos que en su interior se esconden.
Por cierto que los usuarios de la Lyon City Card pueden hacer uso de manera gratuita de una visita guiada a pie por el Viejo Lyon en la que se visitan y se explican algunos de los principales traboules de tan peculiar barrio.
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Qué chulo! Me «pirran» los sitios irregulares, escondidos, misteriosos… Y un poco clandestinos 🙂 pobre gente cuando su propia casa es turismo… Pero no hay otra, jeje
Un abrazo!
Irene
El turismo tiene eso. A veces se pierde la magia del sitio. Turísticos hay unos cuantos, pero otros mantienen el encanto de siempre. Eso si, no es nada fácil encontrar a estos últimos!!
Me encanta! Lyon es una de mis ciudades pendientes en Francia así que me lo apunto 😉
Saludos
Es una ciudad preciosa. Muy interesante por historia, monumentos y ambiente. A nosotros nos encantó!