Es difícil encontrar en una ciudad con fama de cultural una zona que destaque sobre el resto. Pero si buscamos bien, siempre la hay. Un núcleo en torno al cual los artistas se agolpen buscando inspiración y dando rienda suelta a su imaginación. Y esa zona en Lille, es sin duda el barrio de Les Moulins, un histórico distrito de la ciudad de poco más de 18.000 habitantes que se ha convertido en uno de los centros culturales y artísticos más importantes de todo el país.
Y es que no son pocos los talleres y estudios de artistas que proliferan en Les Moulins y los espacios dedicados a la promoción de movimientos artísticos de todo tipo (arte urbano y hip hop especialmente). Uno de los más conocidos, y que se ha convertido en uno de los símbolos por excelencia del barrio de Les Moulins, es sin duda la conocida como Maison Folie (Rue d’Arras 47/49), una vieja brasserie del barrio de Les Moulins que ha sido reutilizada para dar cobijo y servir de centro de exposiciones de algunas de las obras de los artistas del barrio.
La Maison Folie cuenta con varios pisos en los que se muestran distintas exposiciones temporales. Desde fotografías a las esculturas más modernas, u obras realizadas con los materiales más sorprendentes que puedas imaginar, todas tienen su pequeño espacio dentro de la Maison Folie de Lille.
Las exposiciones de la Maison Folie están abiertas de miércoles a domingo en horario de 2 a 7 de la tarde, y la entrada es totalmente gratuita. También es posible hacer visitas para grupos, aunque hay que reservar con antelación.
Anexa a este último edificio y formando parte del centro artístico, encontramos otro edificio conocido popularmente bajo el nombre de Le Flow. Otro ejemplo de rehabilitación de un edificio en favor de los movimientos artísticos presentes en Les Moulins, ya que Le Flow, ha nacido para dar apoyo, promoción, asesoramiento y representación a los diferentes artistas que pasan por sus instalaciones.
Los artistas encuentran en Le Flow diferentes espacios para poder desarrollar su trabajo. Desde salas de grabación, a salas de ensayo, una residencia para los artistas, o una sala de espectáculos de 113 metros cuadrados y que cuenta con una acústica increíble donde suelen hacerse espectáculos de duelos de hip hop entre raperos al más puro estilo Eminem y Papa Doc en la película «8 miles».
El último piso de Le Flow está dedicado al mundo del arte urbano y especialmente al graffiti. Se trata de un espacio de más de 200 metros con terraza incluida donde los sprays y los graffitis campan a sus anchas. Por cierto, que cuenta con una terraza desde la que se pueden ver unas bonitas vistas de los viejos tejados del barrio de Les Moulins.
Les Moulins es una de las cosas que ver en Lille cuando uno visita la ciudad, y más si uno es aficionado al arte urbano, o el hip hop (Lille es la ciudad europea más importante en esta disciplina musical) . Y dentro de Les Moulins, Le Flow y la Maison Folie son centros de referencia de visita obligatoria, pues son el alma y el motor artístico del barrio.
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