Londres es una ciudad donde se respira fútbol. El deporte rey cuenta en la capital inglesa con varios equipos de primer nivel entre los que destacan algunos de los más famosos equipos de Europa, como el Chelsea, Tottenham o Arsenal, equipos con buenas plantillas y grandes estadios. Pero si lo que queremos es empaparnos de la esencia del fútbol, entonces no podremos dejar de hacer una visita al estadio del Fulham, equipo del barrio londinense del mismo nombre.
Craven Cottage, nombre por el que se conoce al estadio, es considerado uno de los santuarios del fútbol, y se ha convertido en uno de los orgullos del fútbol mundial.
El Fulham siempre ha sido un histórico del fútbol inglés. No en vano, se trata del club más antiguo de Londres. Su estadio, Craven cottage, fue construido en 1896 por el arquitecto Archibald Leitch sobre unos terrenos en los que años atrás se alojaba una glamurosa villa que fue devastada por un incendio. Tiene capacidad para 26.000 espectadores, y cuenta con una las tribunas más antiguas del país, en las que aún pueden verse sus originales asientos de madera, lo que le convierte en uno de los estadios más bonitos de Europa.
Ya antes de entrar al estadio nos encontramos con que no es un estadio al uso. La fachada de ladrillo rojo que encontramos en el acceso de la calle Stevenage Road ya muestra la identidad histórica de este equipo. Eso si, con un error. El escudo de fundación del club marca el año 1880, aunque en realidad el año de fundación es 1879.
En esta misma fachada es en la que podemos encontrar una escultura en honor a Johnny Haynes, el mejor jugador de la historia del club y que es además el jugador que más partidos ha defendido la camiseta del Fulham.
Actualmente es la única estatua que puede verse en el estadio, pero hasta hace poco esto no era así. Cuando el club pertenecía al empresario egipcio Al Fayed (el mismo que tuvo los almacenes Harrods) en el estadio se levantó una estatua en honor a Michael Jackson. No es que el cantante fuera seguidor del equipo ni nada parecido (aunque estuvo presenciando un encuentro una vez). Simplemente fue un homenaje del dueño del club al cantante por la amistad que ambos tenían. Con el cambio de manos del club, la estatua fue retirada coincidiendo con el descenso de categoría del equipo. Algunos aficionados afirman que la mala suerte les persigue desde que decidieron quitar la estatua.
Tanto la fachada como la grada están protegidas, por lo que su conservación es obligatoria. Y la verdad es que se agradece, pues da la posibilidad de volver a la esencia misma del fútbol, a un viaje al pasado en el que no mueven tanto los millones sino los colores.
Otro de los elementos curiosos de este estadio es el denominado «pavilion», una caseta hecha tiempo después al estilo de los campos de cricket y en cuyo interior entre otras muchas cosas se encuentran los vestuarios de los jugadores, pues al realizar el estadio, el arquitecto se olvidó de hacerlos.
Se puede visitar el estadio del Fulham mediante visitas guiadas. En su página web pone los días y horarios de las visitas, pero has de saber que si por casualidad el día que tú visitas el estadio no hay ningún tour programado, al menos podrás entrar a conocer el campo. Pagando un par de libras en la tienda del club, te abren una puerta por la que podrás acceder al interior del estadio. No es lo mismo que una visita guiada, pero al menos no te marcharás de allí con las manos vacías.
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Un templo del futbol ingles que sin duda lejos esta de volver a volar en la elite
Tienen mucho que remontar, pero quizás con el paso de los años vuelva a estar en su sitio, que por otro lado no deja de ser la media tabla. Saludos!!
Siempre ha sido un mítico de la Premier, y de la Uefa algunas veces, un estadio precioso, para un equipo pequeño pero grande por historia.
A ver si vuelve pronto a donde le corresponde. El campo desde luego, es una maravilla, un museo viviente del fútbol.