El barrio de la localidad de Belém en Lisboa posiblemente sea la zona más monumental de la capital portuguesa. La antigua localidad de Belém (fue independiente hasta 1885 cuando se anexionó a la ciudad) es una de las visitas imprescindibles cuando se visita Lisboa. Además no te llevará más de un día conocerla en profundidad.
Pero… ¿Qué monumentos o visitas no podemos dejar de hacer allí? Tranquilo, aquí tienes un listado para que no te pierdas nada de lo que esta zona tiene por ver.
-La Torre de Belém: Su monumento más emblemático y uno de los símbolos de la ciudad. Fue construida a principios del siglo XVI y ha tenido varios usos a lo largo de la historia. Comenzó siendo una torre de vigilancia para posteriormente convertirse en una zona de peaje de aduana. También fue utilizada como faro durante unos años.
La torre se puede visitar por dentro y a pesar de su pequeño tamaño (sorprende que no sea más alta) consta de cinco pisos en los que veremos la sala del gobernador, la sala de los reyes, la sala de audiencias, la capilla y la terraza.
Horario: de 10 a 18,30. Precio 5 euros. Entrada incluida en la Lisboa Card.
-El monumento a los descubrimientos: Se trata de un monumento con forma de carabela que fue construido en 1960 para rememorar los 500 años de la muerte de Enrique el Navegante. A ambos lados del mismo pueden verse estatuas de las principales figuras portuguesas relacionadas con los descubrimientos, tales como Magallanes o Vasco de Gama entre otros. En total son 33 las personalidades reflejadas en este monumento.
El monumento tiene una altura de 52 metros, pudiendo subir a su parte más alta con un ascensor. Eso si, previo pago de 3 euros (2 con la Lisboa Card). Lo mejor de sus vistas es que es posible contemplar en todo su esplendor el mosaico de la rosa de los vientos que se encuentra a los pies del mismo.
-Monasterio de los Jerónimos: La otra joya del barrio de Belém. De estilo manuelino fue construido durante el siglo XVI para celebrar el regreso de Vasco de Gama del Nuevo Mundo.
Fue levantado sobre la antigua ermita del restelo, una vieja iglesia en la que Vasco de Gama y sus hombres estuvieron rezando los días previos a su viaje. La iglesia que hoy en día encontramos allí llama mucho la atención, sobre todo por sus columnas, de gran tamaño y llenas de detalles. Puedes leer más sobre él aquí.
El claustro del monasterio también merece la pena, aunque personalmente me quedo con el de la Catedral de Oporto, mucho más bonito a mi entender. Para ver el claustro del monasterio, hay que pagar entrada (no así por ver la iglesia). Pese a todo, perderse por el interior del claustro del monasterio de los jerónimos es una grata experiencia, llena de sensaciones.
El horario de visita al monasterio de de 10 a 18,30 (17,30 fuera de temporada) y su entrada está incluida en la Lisboa Card. Los domingos la visita es gratuita, igual que a la Torre de Belém, pero se llena de gente y las colas son largas.
-Museo Nacional de Arqueología: Situado justo en el edificio contiguo al monasterio se encuentra este museo que contiene la colección arqueológica más importante de Portugal. Con la Lisboa Card, de nuevo, la entrada está incluida.
-Probar los famosos pasteis de Belém: Cierto es que puedes probarlos en cualquier pastelería del país, pero cierto es también que en ninguna saben igual que como saben aquí, en la antigua confitería de Belém, casa fundada en 1837 y creadora de estos famosos pasteles. La receta original es uno de los secretos mejor guardados, por lo que su sabor exacto no puede encontrarse en ningún otro lado. Es obligatorio parar aquí a coger fuerzas.
-Estadio del Os Belenenses: Los aficionados al fútbol encontrarán su pequeño rincón con la visita al estadio del Os Belenenses, club que tiene su estadio en esta zona. El equipo, un clásico de la liga portuguesa es el cuarto equipo con más seguidores del país, tras los gigantes Oporto, Benfica y Sporting.
-Museo Nacional del Carruaje: Se trata de un museo de coches de época, situado en las antiguas caballerías reales. En su interior pueden verse carrozas de reyes y Papas. Este curioso museo se ha convertido en el más visitado de Portugal. Puedes saber más de él pinchando aquí.
Una buena forma de conocer Belém es la de hacer una visita guiada por la zona. Si estás interesado en hacerla, aquí puedes reservar de forma fácil una visita guiada por Belém y el centro de Lisboa que recomiendo, ya que es bastante completa.
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jajaja, casi la misma publicación en 2 días. Y eso que no hemos estado de blogtrip!!! (para los malpensados).
Por cierto en mi ciudad (Mataró) he encontrado un sitio donde hacen los pasteis casi tan auténticos como en Belem.
Saludos!
Jajaja ya ves…cosas de la vida.. Coincidencias, o telepatía..quien sabe..jeje En cuento a los pasteles¿En serio son iguales de sabor los de Mataró? Yo he visto por varios lugares, pero igual de sabor que estos, ninguno… Si tu conoces unos iguales, siéntete privilegiado,m pues no es nada fácil.. saludos
Sí, mi madre también ha publicado su entrada correspondiente, cómo se nota la influencia del fútbol jajaja. Aún así me encanta leer y aprender sobre Lisboa, a ver si puedo conocer la ciudad en persona más pronto que tarde. Por cierto, me ha fascinado el mosaico desde arriba 🙂 Un saludito!
Jajaja si, si, es lo que toca… Si no conoces Lisboa te encantará!! Es una de las ciudades más bonitas de Europa!! Saludos!
En uno de sus viajes de trabajo a Lisboa, mi marido trajo una cajita de esos pasteles ¡qué cosa tan buena! la sala de los carruajes parece sacada de un cuento. Si algún día visitamos la zona con la niña ¡ya sabremos cómo motivarla!
Esos pasteles motivan a niños y adultos!! jejeje Si,si vais por allí es imperdonable no entrar a probarlos! Saludos
Que ganas de volver a Lisboa!!! Que ricos los pasteles de Belem, lástima que el sitio en el que los hacen no esté más cerca del café A Brasileira, sería una conjunción perfecta. Saludos viajeros.