En pleno corazón de Croacia y rodeado de grandes bosques se encuentran los lagos de Plitvice, un parque natural del que ya habíamos visto fotografías desde casa y del que teníamos claro que iba a ser una visita obligatoria en nuestra ruta por los Balcanes, por lo que antes de llegar a Zadar hicimos una parada aquí para disfrutar de esta maravilla de la naturaleza catalogada Patrimonio de la humanidad por la UNESCO.

Salimos desde Zagreb muy pronto, casi ni había amanecido, con la intención de plantarnos allí a primera hora de la mañana, ya que habíamos leído que en verano se forman auténticas colas de turistas, y queríamos evitarlas. La verdad, que lo conseguimos, y sólo nos cruzamos con ellos a la salida, cuando nosotros ya abandonábamos el parque.

El parque está formado por varios lagos (16) de distintos tamaños, los cuales están rodeados de multitud de cascadas y frondosos bosques. Llama la atención el color del agua de los lagos, un azul turquesa muy característico, que hace a estos lagos únicos. El color de las aguas de los distintos lagos se deben a los minerales que la componen y que hacen que adquieran esas tonalidades.

Lo más sorprendente es que a pesar de este color, el agua es totalmente transparente, pudiendo ver perfectamente los fondos así como los peces.

Increíbles son también las cascadas que se encuentran por todo el parque. Las hay de todos los tamaños, pero sin duda mi favorita es esta. Puedes meterte casi casi debajo de ella, y notar el agua que impregna el aire. Espectacular.

Desde las taquillas hay unos autobuses que te acercan gratuitamente hasta el comienzo de las rutas. El parque se recorre a pie y hay distintos recorridos ya diseñados, pequeños caminos de madera que recorren todo el parque. Todo está perfectamente señalizado por lo que tan solo has de elegir tu recorrido y seguir las señales. Los recorridos varían mucho entre ellos, habiendo diferencias tanto en la duración del mismo como en su dureza. Nosotros elegimos un trekking de seis horas de duración aunque es cierto que sin correr demasiado lo acabamos en algo más de cuatro.

En este parque natural está prohibido bañarse. No así en el parque de las cascadas de Krk, donde sí hay una zona habilitada para el baño. La entrada al parque cuesta algo más de 100 kunas (algo más de 14 euros), aunque hay descuentos para estudiantes. Por cierto, si viajáis en plan mochileros como fue nuestro caso que sepáis que en el parque no hay taquillas, aunque antes de entrar hay un hotel en los alrededores donde de manera gratuita nos las guardaron hasta que salimos. Para coger el autobús y seguir tu camino hay que salir a la carretera, a unos cuantos metros de la entrada del parque, aunque sin pérdida.

Desde luego que Plitvice no decepciona para nada.

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