Existe un mosquito en el Sobrarbe que no muerde pero pica, de esos que no se ven pasar, no se oyen volar, cuya picadura no produce hinchazón pero para la que no existe antídoto. Dicen que actúa solo y que toda precaución es poca; no hay repelente o mosquitero que se le resista a este implacable “animalito” que toca con su picadura a todo aquel que pisa el Sobrarbe.

Dicen que los síntomas se manifiestan después, aunque muchos viajeros han admitido sentir algo parecido al Síndrome de Stendhal mientras se encontraban todavía en el valle. Si esto ocurre, no hay vuelta atrás; los siguiente son sus efectos: unas ganas irrefrenables de volver al Sobrarbe. Y es que todo aquel que pone un pie en esta comarca aragonesa tiene ganas de volver.

Ahora os preguntaréis, como es lógico, qué es eso que tiene la zona de Aínsa-Sobrarbe que enamora a todo aquel que se acerca. Pues bien, tiene todo lo que que uno puede pedirle a un destino rural. Empezando por sus pueblos llenos de encanto y rebosantes de historia como Aínsa o Santa María de Buil, antigua capital del Viejo Sobrarbe, donde se gestó una parte de la historia del Reino de Aragón después, claro está, de que lo hubieran habitado los romanos, los francos y los musulmanes.

Esta historia ha dejado coquetas iglesias de piedra, castillos y fortalezas. Descubrirlas es tarea de los que visitan la zona.

Otra de las cosas que enamora de Aínsa-Sobrarbe es su increíble entorno natural, siento la Peña Montañesa, la referencia por excelencia del paisaje de Aínsa-Sobrarbe. Subir a ella es una gozada pero también lo es hacer una caminata por los alrededores de Gerbe y el embalse de Mediano, disfrutando de la gran variedad de aves y plantas, como las orquídeas salvajes, que habitan en esta zona.

También hay momentos para los deportes de aventura, como el rafting, una actividad que se puede practicar tanto el el río Ara como en el Cinca, pero no es el único deporte que se puede practicar en Aínsa-Sobrarbe. También puedes hacer canoa en el embalse de Mediano, BTT en las numerosas rutas y eventos que se organizan durante casi todo el año y la actividad estrella de la zona, un vuelo en autogiro. Sin duda, una de las cosas más alucinantes que hemos hecho y que permite disfrutar del paisaje de Ainsa-Sobrarbe a vista de pájaro.

Para rematarlo y terminar de enamorarse locamente de Aínsa-Sobrarbe, está su gastronomía: locales en los que la innovación y la alta cocina se mezclan con los productos tradicionales de la zona, donde la estrella es la ternera pirenaica, un producto que en Aínsa-Sobrarbe también es de kilómetro cero. Por supuesto, acompañan los platos los caldos del Somontano, que se convierten en un broche de oro para una gastronomía deliciosa. 

-Aquí puedes ver algunos restaurantes donde comer en Aínsa.

Dicen que toda esta mezcla es parte de la picadura del mosquito del Sobrarbe para la que no existe cura así que si tu también has sido víctima de su picadura, vete mentalizando: parte de tu corazón se ha quedado en Aínsa-Sobrarbe.

En las próximas entradas de este blog, vamos a enseñaros más cosas de esta comarca de Ainsa-Sobrarbe, una pequeña joya del Pirineo Aragonés, que ha sido seleccionada por Escapadarural como finalista a capital rural de España. Si queréis podéis votar por ella aquí, la verdad que motivos para serlo, tiene de sobra.

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