Una de las visitas más curiosas de París, especialmente para los amantes del arte alternativo es el conocido como Rivoli 59, un edificio okupado del centro de París ubicado en la misma dirección de su nombre que se ha convertido por méritos propios en una de las visitas culturales y artísticas más sorprendentes de la capital gala.
Rivoli 59 es de acceso gratuito y en su interior encontrarás distintos talleres con multitud de obras de artistas de todo tipo, conciertos y actividades culturales, envueltas en un ambiente sano, artístico y muy alternativo.
Historia de Rivoli 59
El edificio de Rivoli 59 era originariamente las oficinas del banco francés Credit Lyonnais. Tras años cerrado, los artistas Kalex, Garpard y Bruno, conocidos bajo las siglas KGB tiraron en 1999 la puerta y se instalaron en este edificio del centro de la ciudad. Allí empezaron a realizar actividades culturales, conciertos, talleres y exposiciones y asentaron allí mismo no solo su residencia sino su propio taller, al más puro estilo le Bateau Lavoir, el famoso taller de Montmartre donde compartieron horas Picasso, Juan Gris, Braque o Modigliani entre otros.
El edificio fue ganando fama entre los habitantes de París consiguiendo más defensores que detractores, hasta tal punto que Bertrand Delanoë prometió como parte de su campaña política en las elecciones que si ganaba el Rivoli 59 sería regularizado. Y eso es exactamente lo que pasó. Bertrand Delanoë ganó las elecciones de París y el Rivoli 59 fue regularizado, convirtiéndose a todos los efectos en un centro artístico y social de París.
El interior del Rivoli 59
La entrada al Rivoli 59 es totalmente gratuita. Está abierto todos los días entre la 13 y las 20 horas. Hoy en día los artistas ya no viven en su interior, sino que tienen sus talleres y exponen su obra entre sus paredes. Los fines de semana también hacen conciertos, y se ha convertido en un buen lugar para hacerse con una pequeña obra de arte que quien sabe si dentro de muchos años valdrá dinero.
Por supuesto que puedes pasear libremente por su interior. El edificio de varios pisos, tiene una escalera circular cubierta de obras de arte por sus paredes mires donde mires. Merece muchísimo la pena entrar y subir hasta el último piso, admirar la escalera y por supuesto no perderse nada de las distintas salas. La visita al Rivoli 59 es realmente de lo más curioso, y el ambiente de su interior, te teletransporta a un sitio mágico, casi hippy, con multitud artistas con los que poder hablar y contemplar, o incluso comprar su obra.
¿Dónde está este fantástico lugar?
El edificio del Rivoli 59 se encuentra en esa misma dirección, en el mismo centro de París, a escasos 10 minutos andando de lugares tan conocidos como el Museo del Louvre, la Conciergerie, la Santa Capilla o la Catedral de Notre Dame.
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En mayo vamos a París, me lo apunto.
Un sitio espectacular! Vale la pena acercarse a conocerlo