La Fundación César Manrique es sin duda una de las visitas culturales más importantes que hacer en Lanzarote. Visitando la Fundación César Manrique conoceremos de primera mano no solo la obra y las colecciones del mayor artista lanzaroteño, sino que admiraremos y recorreremos un espacio arquitectónico envidiable entre burbujas volcánicas.
La Fundación César Manrique
La Fundación César Manrique fue creada por el propio César Manrique junto a un grupo de amigos en 1982, en lo que fue la antigua casa donde vivió el artista en Tahiche, antes de trasladarse a vivir a la casa de Haría. El edificio está construido sobre una vieja colada de lava y en él destacan los espacios construidos aprovechando las burbujas volcánicas. La Fundación César Manrique no fue inaugurada hasta 1992, seis meses antes de la muerte del artista.
Como decíamos, el edificio está levantado sobre cinco burbujas volcánicas de gran tamaño. La Fundación César Manrique tiene 1800 metros cuadrados de superficie habitable, y más de 1200 metros cuadrados de jardines. La planta superior de la vivienda está inspirada en la arquitectura tradicional de Lanzarote, aunque con toques arquitectónicos y de diseño más modernos, como por ejemplo los amplios espacios o las cristaleras. Es en esta parte de la vivienda donde encontramos lo que fue el salón,la cocina, el cuarto de invitados o el propio dormitorio del artista.
Pero lo verdaderamente sorprendente es el nivel subterráneo de la vivienda, donde se encuentran las burbujas volcánicas. Estas burbujas fueron comunicadas entre si mediante pequeños pasillos y el efecto arquitectónico es de verdad sorprendente.
Además, en el jameo central hay habilitada una zona dedicada al relax y al descanso y que cuenta con una piscina, con una pista de baile, sillones, horno y barbacoa. Quizás toda esta zona exterior de la piscina, recuerde, vagamente, a la casa de Dalí en Portlligat. Yo personalmente le veo un aire.
Las cinco burbujas volcánicas están inspiradas en colores, y se conocen como la burbuja blanca, la burbuja roja, el jameo, que es la burbuja donde está la piscina, la burbuja negra y la burbuja amarilla.
Arquitectónicamente, la Fundación César Manrique destaca por la armónica síntesis entre la arquitectura típica lanzaroteña y la arquitectura moderna, y por otro lado destaca también por la mezcla perfecta entre el edificio y la naturaleza del entorno.
En lo que eran las habitaciones del servicio, hoy encontramos el museo, en el que se expone la vida y obra del artista. También podemos ver allí, una pequeña muestra de arte canario contemporáneo.
Llama mucho la atención la escultura móvil de la entrada, «La energía de la pirámide», una escultura que se mueve gracias al viento y que es uno de los rincones más fotografiados de esta Fundación César Manrique en Tahiche.
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