No se puede concebir Roma sin los helados, así como tampoco se puede entender los helados sin Roma. Estas dos palabras van unidas de la mano y más en la capital de Italia, donde a casi a cada paso que uno da aparece una heladería con una pinta estupenda. Lo cierto es que en la gran mayoría de Roma los helados son excelentes y no tienen casi nada de parecido con los que probamos de normal, pero también es cierto que, en cuestión de heladerías, un nombre sobresale por encima del resto. Giovanni Fassi, considerada por muchos como la mejor heladería de Roma.
La heladería Fassi, está situada en el conocido como Palazzo del Fredo (el palacio del frio), debido en parte al majestuoso edificio en el que está situada, en la calle Principe Eugenio 65, no demasiado lejos de la estación de Términi (y casualmente bastante cerca del InnCentral, el hostel donde nos hospedamos en Roma). Abrió sus puertas en 1880, y tiene el honor de ser la más antigua heladería que podemos encontrar en Roma.
Estamos ante una de las heladerias históricas de Roma, tanto por la tradición artesana de muchos años a la hora de fabricar los helados, como por el lugar en el que se encuentra, un antiguo palacete romano. Es un sitio muy conocido, y por tanto, es muy frecuentado por los propios habitantes de Roma, quienes se acercan hasta aquí (recordemos que la heladería Fassi está en la zona de Términi y no en el centro de Roma) para disfrutar de sus helados recubiertos de una gran capa de panna (nata). El local es tan amplio y acogedor que invita a quedarse allí en buena compañía a disfrutar de los helados.
El gran comedor del que dispone Fassi es un museo en si mismo. Sus paredes están totalmente decoradas y a lo largo de ella podrás encontrar además de la historia de la heladería, diversas máquinas antiguas con las que antiguamente elaboraban los helados.
Además de este comedor, la heladería Fassi cuenta con un patio interior y una terraza de los que disfrutar en las épocas de buen tiempo en Roma.
Por cierto, que no solo se pueden tomar helados en la heladería Fassi, sino que también elaboran diferentes tipos de tartas y pasteles, granizados de varios sabores y bombones. Sin duda, el más conocido y que recomiendo al menos probar una vez es el conocido como SanPietrino, un bombón helado realizado en homenaje a los adoquines de piedra de las calles del centro de Roma, otro de los símbolos de la ciudad eterna.
Pero sin duda, la estrella que más brilla en Fassi son los helados. Buenos, cremosos, artesanos y muy muy sabrosos. Me atrevería a decir sin miedo a equivocarme que nunca jamás has probado algo semejante. Y es que realmente los helados de la heladería Fassi valen la pena el viaje. Encima por si fuera poco, de precio son más baratos que los que venden en cualquier otra heladería del centro de Roma. Recomiendo especialmente el de pistacho o el de nueces, pero lo cierto es que cualquiera que pruebes está buenísimo.
El modo de funcionamiento es el siguiente. Primero hay que pagar el tipo de helado y tamaño que quieras en una caja que hay en un mostrador lateral cercano a una de sus puertas, y tras ello, basta con acercarse a la barra con el ticket y pedir los sabores que más te gusten. Eso si, por favor, cuando os pregunten si os ponen panna (nata) decid que si. La dulce mezcla sin duda vale muchísimo la pena.
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