Ginebra, la segunda ciudad de Suiza y la más importante a orillas del lago Leman, presume de ser el centro financiero de Europa. Aquí tienen sus sedes los bancos más importantes y la ONU su sede en Europa, lo que convierte a esta ciudad en una mezcla de razas, culturas y ambientes. Y todo ello envuelto en un maravilloso entorno natural en el que el lago Leman es su máximo exponente. Por todo ello, Ginebra es una ciudad de visita obligada cuando se viaja por Suiza.
Si te estás preguntando qué ver o qué hacer en Ginebra, aquí tienes una lista con las principales cosas para que no te pierdas nada de esta cosmopolita ciudad.
– Jet d’Eau
Un chorro de agua que sale disparado hasta alcanzar los 140 metros de altura y una de las atracciones turísticas más peculiares de Ginebra. Se encuentra situado a las orillas del lago Leman y fue inaugurado nada menos que a finales del siglo XIX. Dicen que Les Bains de Paquis, una piscina muy conocida en Ginebra, justo en la otra orilla del lago es el mejor lugar para disfrutar de la panorámica de este símbolo ginebrino.
Además, junto al Jet d’Eau se puede pasear por el Jardín Inglés, una de las zonas verdes más animadas de la ciudad.
– Reloj floral
Si, habéis leído bien y no solo es que esté hecho de flores, sino que también funciona y está en hora. Y es que por algo se hablan maravillas de los relojes suizos. Se encuentra en el Jardín Inglés, muy cerca del Jet d’Eau y fue instalado ahí en 1955. Su segundero es el más largo del mundo con 2 metros y medio de longitud y las flores son de diferentes temporadas lo que hace que el reloj muestre un aspecto diferente en función de la época del año.
– Parque Ariana
Legado a la ciudad por la familia Revilliard de Rive y con una extensión aproximada de 45 hectáreas, hoy alberga, además de numerosos museos como el Museo Ariana, dedicado a la cerámica y al vidrio, o el Museo de la Cruz Roja, muchas de las instituciones de la Organización de las Naciones Unidas.
Pasear a través del parque hasta el Palacio de las Naciones es todo un imprescindible en una visita a Ginebra y una buena oportunidad para explorar los diversos monumentos que se levantan por el camino, como el dedicado a Mahatma Gandhi.
– Palacio de las Naciones
Se trata de otro de los emblemas de Ginebra. Fue construido en la década de 1930 y hoy es la segunda sede de la ONU, por detrás de la de Nueva York. En este edificio se encuentra la famosa cúpula de Miquel Barceló, que decora la “Sala de los Derechos Humanos y la Alianza de Civilizaciones”. El complejo puede visitarse en un recorrido de una hora de duración pasando por alguno de los monumentos conmemorativos e incluso visitando alguna de las salas en las que no haya reunión en ese momento.
-Broken Chair (La silla rota)
Junto al palacio de las naciones, uno de los monumentos que más llama la atención es Broken Chair, una monumental silla de 12 metros de altura y obra del artista suizo Daniel Berset que simboliza el rechazo a las minas antipersona.
– Catedral de Saint Pierre
Construida entre los siglos XII y XIII fue famosa por ser la sede que Juan Calvino escogió para su Reforma. Por eso, aunque en el exterior vemos una mezcla de estilos artísticos, su interior es muy sencillo y austero, acorde con los principios de la Reforma.
Merece la pena acercarse a la Capilla de los Macabeos, un añadido del siglo XV cuya abundante decoración en tonos rojos, azules y dorados contrasta profundamente con el resto del edificio.
El horario de visita es de lunes a sábado de 10:00 a 12:00 y de 14:00 a 17:00 y los domingos de 11:00 a 12:30 y de 13:30 a 17:00. La entrada a la catedral es gratuita pero hay que pagar por subir a la torre norte desde donde se puede disfrutar de unas bonitas vistas de la ciudad.
– Muro de los Reformadores
En el Parc des Bastions se encuentra el Monumento Internacional de la Reforma o Muro de los Reformadores ya que se trata de una pared de piedra de unos 100 metros de longitud en la que se representan a los padres de la Reforma religiosa que tanto éxito tuvo en Suiza: Guillaume Farel, Juan Calvino, Teodoro de Beza y John Knox. A los lados se representan a otros personajes que ayudaron a difundir el protestantismo en otros países como Cromwell y una placa recuerda a Martín Lutero. El momento fue inaugurado en 1909.
– Parc des Bastions
Se trata del pulmón verde del centro de Ginebra y se encuentra al pie del casco histórico. Además del Muro de los Reformadores cuenta con un restaurante y varios tableros de ajedrez gigantes que suelen estar bastante concurridos ya que muchos ginebrinos se dan cita en este lugar. También es el lugar de celebración de los actos de todo tipo organizados por el ayuntamiento de la ciudad, por lo que merece la pena acercarse a dar una vuelta.
– El banco más largo del mundo
La Promenade de la Treille, situada en la rampa que la separa del Parc des Bastions es un bonito paseo por el que se puede descender desde la ciudad antigua a la Place Neuve. Además, es un lugar peculiar ya que posee el que según algunos es el banco público más largo del mundo. Tenga o no competidores, la verdad es que se trata de un banco de 120 metros de largo, un lugar ideal para hacer un descanso en la visita por la ciudad.
– Monumento Brunswick
Se trata de un monumento situado cerca del Bain de Paquis, en la orilla izquierda del lago Leman y está dedicado a Charles II d’Este-Guelp, duque de Brunswick quien, al morir, legó toda su fortuna a la ciudad de Ginebra, lo que permitió, entre otras cosas la construcción del Gran Teatro. Llama la atención por su monumentalidad y se encuentra en un jardín muy bien cuidado.
– CERN
Es la Comisión Europea para la Investigación Nuclear y se encuentra a las afueras de Ginebra, prácticamente en la frontera con su vecina Francia. Su proyecto estrella es el Gran Colisionador de Hadrones, más conocido como el acelerador de partículas. Es el de mayor tamaño del mundo y permite acelerar las partículas a una velocidad cercana a la de la luz y hacerlas colisionar para extraer conclusiones y demostrar diversas teorías.
El complejo del CERN se ha convertido en un atractivo turístico más de la ciudad de Ginebra y se puede visitar de forma gratuita, pero hay que estar atentos para reservar las entradas ya que están limitadas diariamente.
La mejor forma de llegar hasta aquí es coger el tranvía 18 en las inmediaciones de la estación de Cornavin.
– Place du Bourg de Four
Es uno de los rincones más coquetos de Ginebra y está muy cerquita de la catedral. Es uno de los lugares más animados de la ciudad, pero al mismo tiempo uno de los más tranquilos. El sitio ideal para relajarse tomando algo en sus terrazas o heladerías rodeados de edificios de entre los siglos XVI y XVIII. Por desgracia los castillos que albergaba esta plaza se perdieron en el siglo XVIII pero en cierto modo todavía se respira un aire medieval por estas calles.
– Iglesia de la Madeleine
Situada a los pies de la catedral, la Iglesia de la Madeleine es uno de los templos más antiguos de Ginebra. Desde época romana se tienen datos de la existencia de un templo en este lugar pero no fue hasta el siglo XV cuando, después de un incendio, se construyó esta iglesia en estilo gótico. Era la iglesia preferida de Juan Calvino en la ciudad de Ginebra y fue el lugar donde Miguel Servet fue detenido en 1533 por sus teorías científicas que negaban la Trinidad.
– Maison Tavel
Situado en los alrededores de la catedral, este edificio es uno de los mejores ejemplos de arquitectura civil de época medieval ya que fue en el siglo XIV, después de un incendio, cuando se reconstruye y toma este aspecto fortificado.
En su interior alberga el Museo de Historia de Ginebra con una colección permanente y exposiciones temporales que nos acercan a la vida cotidiana de los ginebrinos a lo largo del tiempo. La entrada a la colección permanente es gratuita y se puede visitar de martes a domingo de 11:00 a 18:00.
– Antiguo Arsenal
Junto a la Maison Tavel, en un pequeño pórtico cubierto que en su día fue el mercado de trigo, se expone el antiguo arsenal, compuesto por varios cañones que se utilizaban en su día para la defensa de Ginebra. Estos cinco cañones hacen las delicias de los visitantes (no sé qué tienen los cañones que siempre hay gente haciéndose fotos con ellos). En el pórtico también se exponen unos frescos que narran historias épicas de la ciudad de Ginebra. Todo un museo al aire libre que merece la pena visitar.
– Ayuntamiento
El edificio del Ayuntamiento de Ginebra fue construido en 1555 y se trata de toda una obra maestra de la arquitectura civil de la Edad Media. Hoy es sede del Gobierno Cantonal y del Ayuntamiento pero en una de sus salas vio la luz lo que hoy en día es la Cruz Roja Internacional.
Impresiona su patio, sólido y robusto como si acabara de ser inaugurado y que cuenta con una curiosa rampa por la que era posible acceder a caballo a los pisos superiores. Comodidades medievales.
– Iglesia Ortodoxa Rusa
Fue construida en 1859 y todavía hoy se financia con el apoyo de la amplia comunidad rusa ortodoxa de Ginebra. Sus cúpulas doradas y resplandecientes pueden verse desde lejos y como curiosidad fue aquí donde el célebre escritor Dostoïevski bautizó a su hija.
– Île Rousseau
Situada casi en la confluencia del Ródano y el lago Leman, es un pequeño remanso de paz con un parquecillo y una escultura que recuerdan al célebre filósofo Jean Jacques Rousseau quien pasó gran parte de su vida en la ciudad de Ginebra. Es un buen lugar para disfrutar de una buena panorámica del Pont Montblanc y el Jet d’Eau.
– Pasear por las orillas del lago Leman
Si algo tiene Ginebra es un paisaje espectacular, en parte motivado por el lago Leman, uno de los lagos más grandes de Suiza. No hay que perder la oportunidad de pasar tiempo junto a esta maravilla de la naturaleza ya sea paseando por Quai Wilson hasta el parc Mon-Repos o en la orilla contraria siguiendo la Promenade du Lac hasta el Parc des Eaux Vives.
– Les Grottes
O popularmente conocidas como Las casas delos Pitufos. Se trata de un conjunto de edificios que fueron construidos entre 1982 y 1984 por un grupo de arquitectos enamorados de la obra de Gaudí. Se encuentran cerca de la estación de Cornavin, en torno al número 40 de Rue de la Servette y hoy en día se han convertido en una atracción turística más. Un lugar invadido por el color y las formas rocambolescas al que merece la pena acercarse.
Después de todo Ginebra ha demostrado tener mucho más que bancos, empresas y relojes. Se trata de una ciudad con muchos rincones y que merece la pena explorar, aunque, como en cualquier lugar de Suiza, hay que vigilar el bolsillo ya que los precios son más elevados que en España. Y si Ginebra se nos queda pequeña hay muchas ciudades cercanas como Lausana, Nyon o Annecy que se pueden convertir en una bonita escapada.
Sigue todas las novedades del blog y no te pierdas nada siguiéndonos por nuestros canales de Facebook, Twitter, Instagram y Youtube. Así nos ayudas a crecer. Gracias.
Booking.com
Vaya, pues hay muchas cosas que no vimos cuando estuvimos para allá, curioso lo del banco más largo, no tenía ni idea, me apunto todo para mi próxima visita para allá!!! Un abrazo!! 😉
Así ya tenéis excusa para volver!! 🙂 Lo del banco es una de las curiosidades que Ginebra esconde!! Saludos!
Estuve a punto de ir a Ginebra y tenía apuntadas muchas cosas que hacer en la ciudad, aunque hay algunas que no las tenía en mi lista de mi viaje frustrado como Les Grotes, que la verdad es que ni había oído hablar de este sitio!!
Nosotros descubrimos Le Grottes por casualidad buceando por internet y desde entonces teníamos claro que queríamos visitarlo. Es un vecindario muy curioso y colorido que está algo escondido.