Visita al estadio olímpico de Berlín

Muchos ya sabéis que si tengo tiempo, una de mis manías es visitar el estadio de fútbol del equipo de la ciudad. Especialmente si se trata del estadio de un equipo importante o si se trata de un estadio donde han pasado hechos memorables.

Las dos cosas ocurren en el estadio olímpico de Berlín. Por un lado, sede de la selección alemana de fútbol y del equipo Hertha de Berlín. Por el otro, un estadio cargado de historia, fundamentalmente nazi, y con una gran historia en su interior.

Visita al estadio olímpico de Berlín

Así que durante mi viaje a Berlín, tenía claro que sacaría un rato para visitar el estadio olímpico de Berlín. Está algo alejado del centro, pero sin duda es un estadio precioso e impactante. Fue mandado construir por los nazis y aún hoy, mantiene su aspecto original.

El estadio olímpico de Berlín fue construido entre 1934 y 1936 para las Olimpiadas que se realizaban en la ciudad. Dentro de la imperiosa construción que fue la obra del estadio olímpico de Berlín destaca el amplio paseo que hay que recorrer hasta llegar a él. Es en este paseo donde Hitler presumía de haber congregado a un millón de personas. Destacan también las seis torres del estadio, en homenaje a los pueblos germánicos, el color de la piedra oscura, evocando al Coliseo romano, la campana con el águila, o las esculturas de Arno Breker, el escultor favorito de Hitler.

Pero si hay una historia que contar sobre este estadio esa es sin duda la de Jesse Owens. Jesse Owens fue un atleta de color que ganó varias de las pruebas olímpicas con Hitler en el palco, algo que no gustó al Fuhrer. Tal fue el cabreo de Hitler con esta situación que llegó a decir que «las personas cuyos antepasados venían de la selva son primitivos y tienen una constitución más atlética que los blancos civilizados. No podemos competir con ellos y por lo tanto deberían ser excluidos de las competiciones deportivas».

Existe la leyenda de que Hitler se negó a dar la mano y saludar al atleta campeón, pero esta leyenda es en realidad falsa. Cierto es que no lo saludó. Pero es que Hitler solo saludó a los ganadores los primeros días de la competición, invitándolos al palco de autoridades con él. Cuando llegaron las victorias de Jesse Owens, Hitler ya había dejado de hacer eso, pues el Comité Olímpico no estaba de acuerdo con el hecho de que los campeones subieran al palco con el lider del nazismo.

El estadio olímpico de Berlín ha acogido también la final del Mundial de fútbol de 2006 (si, el del famoso cabezazo de Zidane a Materazzi), y la final de la Champions que el Barcelona le ganó a la Juventus en 2015.

Por los alrededores del estadio, podréis ver distintas esculturas que evocan a los juegos olímpicos, así como varias esculturas de osos, una de las imágenes por excelencia de la ciudad de Berlín. Por cierto, que si queréis visitar el estadio olímpico de Berlín, sabed que la entrada está incluida en la Berlín Welcome Card.

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