La Piscine de Roubaix, un museo para darse un baño de arte

Pocos lugares han tenido una reconversión tan espectacular como la vieja piscina de Roubaix. Construida en 1932 por el arquitecto Albert Baert, esta joya del art decó reabrió sus puertas transformada en galería de arte en 2001, convirtiéndose, en uno de los museos con más solera de Francia. Estamos, posiblemente, ante uno de los museos más bonitos del mundo.

La Piscine de Roubaix: un poco de historia

 

La Piscine de Roubaix abrió sus puertas el 2 de Octubre de 1932, como un santuario del higienismo. Está diseñada como si fuera una abadía. Esto es, con cuatro alas  alrededor de un jardín que recuerda a un claustro. Tras hacer las delicias de los habitantes de Roubaix durante años, finalmente la piscina tiene que cerrar sus puertas en 1985 por un problema de seguridad. Y es que la fragilidad de su bóveda ponía en peligro la seguridad de los bañistas.

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Cerrada se mantuvo durante años hasta que en 2001 y gracias a un proyecto de Jean Paul Philipon (el mismo arquitecto que diseñó el museo Orsay de París), la Piscine de Roubaix volvió a abrir sus puertas, aunque esta vez, como museo de arte.

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Eso, si, se ha respetado toda la decoración interior de la piscina, de estilo neoclásico, e incluso los diferentes símbolos masónicos con los que se dice que cuenta la Piscine. No hay que olvidar que Albert Baert, su constructor, pertenecía a la Logia masónica de la ciudad de Lille.

La Piscine de Roubaix acoge en su interior distintas colecciones de pinturas, esculturas, diseño, elementos téxtiles, cerámicas y dibujos, repartidos por sus diferentes alas, aunque es alrededor de la piscina, donde encontramos la mayoría de las esculturas.

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La vieja piscina contaba también con un servicio de lavandería, unos baños públicos, una sala de vapor e incluso una peluquería, unos espacios los cuales pueden visitarse en los sótanos del edificio, y que hoy, forman parte también del museo.

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El  antiguo solarium con el que contaba el recinto es hoy un bonito jardín botánico dedicado a las plantas utilizadas en la industria textil, una industria con una fuerte tradición en la zona.

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La Piscine de Roubaix está situada en el número 23 de la rue de l’Esperance, en el mismo centro de Roubaix y a sólo unos pasos del ayuntamiento de la ciudad. Abre sus puertas de martes a jueves de 11 a 18, y los viernes amplía su horario hasta las 20. El fin de semana hay que estar atento a la hora, pues abre solo entre las 13 y las 18.

El precio de la entrada a la Piscine de Roubaix varía mucho dependiendo de si hay exhibiciones especiales o no, yendo los precios desde los 5,5 euros de una entrada standard, hasta los 9 o 10 euros en los días en los que el recinto acoge exposiciones especiales. Eso si, el primer domingo de mes la entrada de la Piscine de Roubaix es gratuita para todo el mundo, y los viernes, para los estudiantes, también lo es.

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2 respuestas a La Piscine de Roubaix, un museo para darse un baño de arte

  1. Carmen dijo:

    Realmente preciosa, nunca había oído hablar de ella, gracias por compartir. Un abrazo

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