La gente que viajamos bastante solemos tener una pega y es que acumulamos miles de fotos de lugares de todo el mundo pero nunca nos acordamos de coger la cámara y fotografiar nuestra propia ciudad. Pues bien, hace un par de fines de semana y desde Encuentros viajeros de Zaragoza, surgió una iniciativa para acabar con semejante despropósito.

Lidiando con el cierzo y las bajas temperaturas, un grupo numeroso de frikis de los viajes y de la fotografía nos juntamos para recorrer las calles más céntricas de Zaragoza cámara en mano y decididos a captar, cada uno a su manera, los monumentos más emblemáticos de nuestra ciudad. Este es el recorrido y el resultado de un photowalk que prometemos repetir, aunque eso sí, con mejor tiempo.

Empezamos en el Mercado Central, uno de los monumentos con más encanto de la ciudad y desde allí nos dirigimos a la Iglesia de Santa Isabel de Portugal, más conocida como San Cayetano, en la Plaza del Justicia. Una de las iglesias más concurridas durante la Semana Santa zaragozana y una joya del Barroco.

Desde allí, como no podía ser de otra forma, la siguiente parada fue la Iglesia de San Juan de los Panetes, con su torre inclinada y la Plaza del Pilar, ya adornada con los adornos navideños, y en donde nuestros objetivos no dieron a basto para captar esa luz tan especial y el cielo azul con el que contrastaban los monumentos.

También nos adentramos en el Pasaje de la Industria, uno de esos lugares especiales de la ciudad, descuidado durante muchos años y que hoy en día está volviendo a resurgir como una de las mejores zonas donde salir a tomar algo.

La Catedral tampoco se quedó atrás, como no lo hizo el monumento a Goya, ni el muro de la parroquieta de La Seo, cuya cerámica es digna de ser fotografiada una y mil veces.

No nos resistimos tampoco a pasar por el Arco del Deán, coincidiendo muchos en que es uno de nuestros monumentos favoritos de la ciudad.

Y qué mejor que finalizar la visita con una instantánea del Pilar desde el otro lado del Ebro, una de esas vistas de postal que, unidas a la luz del atardecer, te hacen preguntarte por qué no sales más a menudo con la cámara por Zaragoza.

El frío no podía con nosotros y recorrimos las calles del Arrabal más cercanas a la ribera para volver al puente y fotografiar de nuevo la basílica, esta vez ya de noche, despidiéndonos de una tarde en muy buena compañía.

Cómo se agradecen iniciativas así, que nos permiten conocer nuestra ciudad, una gran desconocida para muchos, incluidos nosotros mismos. Un gran fallo que intentamos solucionar gracias en parte a acciones como ésta. Queremos que Zaragoza sea poco a poco protagonista de este blog, por lo que queremos (y debemos) dedicarle el tiempo que una ciudad como ésta se merece.

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