Dentro de todo el repertorio de monumentos que se pueden visitar en París, hay algunos que por su originalidad o por ser ejemplos únicos de su época no deberías perderte en una visita a la Ciudad de La Luz. Este es el caso de la Ópera Garnier, uno de los edificios más bonitos de París, que además incluye un tesoro en su interior que se puede visitar.

En este post os contamos cómo fue nuestra experiencia de visitar la Ópera Garnier en París, una visita quenos sorprendió y que gusto hasta tal punto de considerarla como una de las visitas obligatorias que hacer en París.

Fue Napoleón II quien decidió convocar un concurso para presentar los proyectos de un nuevo edificios para la Ópera de París y, de entre los más de 170 proyectos presentados, fue el de Charles Garnier, un joven pero prometedor arquitecto, el que resultó elegido.

Las obras de construcción del edificio comenzaron en el año 1860, aunque la guerra Franco-prusiana demoró el curso de las mismas, que se alargaron hasta 1875, año en que se inauguró la Ópera Garnier de París.

Las obras de construcción de la Ópera Garnier fueron acompañadas de una remodelación urbanística que se insertó dentro del Plan Haussmann y con la que se proyectó la Avenida de la Ópera, una arteria urbana que comunicaba el nuevo edificio con el Jardín de las Tullerías y el Palacio del Louvre. En el interior del edificio predominan el lujo y la opulencia, con una decoración en algunas habitaciones realizada a base de pan de oro, mosaicos e imponentes esculturas de mármol, que recuerdan un poco a ciertas salas del Palacio de Versalles.

El vestíbulo, con la grandiosa escalera de mármol y sus techos, de los que cuelgan gigantescas lámparas de araña de cristal, es uno de sus elementos más llamativos y no cuesta imaginar a las grandes figuras de la sociedad parisina dejándose ver por el vestíbulo durante los descansos.

En sus salas, con forma de herradura, hay 1900 asientos, todos ellos forrados con tela de terciopelo rojo y llama la atención las pequeñas dimensiones de esta sala en comparación con el resto del edificio. Pero hay que pensar que la Ópera era un espectáculo únicamente reservado para los más pudientes de la sociedad de aquella época.

Tal fue la influencia del edificio que en su época inspiró la famosa novela gótica de Gastón Leroux, El Fantasma de la Ópera, publicada en 1910 y adaptada en varias ocasiones, tanto al cine como al teatro y que cuenta la historia de un ser que aterroriza a la Ópera de París para llamar la atención de su amada.

También en la sala llama la atención la bóveda decorada por el artista Marc Chagall en 1964, aunque no hay unanimidad sobre ella ya que muchos opinan que desentona con el resto del edificio, pero sin duda, es una obra maestra del artista.

La Ópera Garnier se puede visitar todos los días de 10:00 a 17:00. La entrada cuesta 10€ para adultos, 6€ para estudiantes y menores de 25 años y es gratuita para los menores de 10 años y los portadores de la París Pass, la cual puedes comprar aquí.

Si lo prefieres, también se puede conocer el interior de la Ópera Garnier con este otro tour de 3 horas en español, el cual recorre, además e la Opera, algunas de las galerías más bonitas de París; rincones únicos y poco frecuentados por los turistas.

Consejo importante: Si vas a visitar París, sin duda te aconsejo adquirir la tarjeta París City Pass, pues además de que incluye algunas de las entradas de los principales monumentos de París, te incluye el transfer desde el aeropuerto hasta tu hotel y te ofrece descuento en un montón de atracciones más. Aquí puedes ver más información sobre ella y si te interesa adquirirla.

-Sigue todas las novedades del blog y no te pierdas nada siguiéndonos por nuestros canales de Facebook, Twitter, Instagram y Youtube. Así nos ayudas a crecer. Gracias.