En la comarca natural de Campo Romanos, y a tan solo unos pocos kilómetros de Zaragoza se encuentra el pequeño municipio de Anento, un coqueto pueblo envuelto en un entorno rural que le ha hecho colarse entre la famosa lista de los pueblos más bonitos de España, ideal para conocer en una excursión de un día, o de tan solo, unas pocas horas.

Y es que este pequeño pueblo, de poco más de 100 habitantes cuenta entre sus casas pequeños rincones llenos de encanto, como son la iglesia de San Blas, una construcción románica del siglo XIII, que junto con su torre, y su magnífico pórtico del siglo XV, es una de las joyas de este pequeño pueblo zaragozano.

Pero para joya, la que se guarda en su interior, que no es otra que el espectacular retablo obra de Blasco de Grañén, y que está dedicado a San Blas, a Santo Tomás de Becket y a la Virgen de la Misericordia, siendo uno de los retablos góticos de mayores dimensiones y de mayor importancia de todo Aragón. Si se tiene la suerte de encontrarse con la iglesia de Anento abierta, no hay que dejar de visitarlo.

En lo alto de la colina, y tras subir unos cuantos escalones de piedra esculpidos en la montaña, se sitúa el Castillo de Anento, otro de los lugares emblemáticos de esta localidad. Data del siglo XIV, y que sirvió de refugio y resistencia de los habitantes de Anento contra las tropas de soldados de Pedro el Cruel una vez que todo el pueblo fue saqueado y quemado por los soldados. Las vistas desde allí, por cierto, son de lo mejorcito de la zona.

Pero sin duda, con lo que más disfrutarás en Anento es con la pequeña excursión senderista hasta el Aguallueve, un pequeño manantial que corre por la ladera de la montaña y que gota a gota crea un espectacular relieve con paredes de musgo y pequeñas grutas en su interior, creando una pequeña balsa a sus pies. A la pequeña cascada del Aguallueve de Anento se puede llegar andando desde el mismo pueblo en una pequeña caminata o con el coche, desviándose de la carretera y parando junto al Torreón de San Cristóbal, una torre de origen celtíbero de la que todavía se conservan algunos restos. Desde allí, se puede bajar caminando por un pequeño sendero que baja la colina y que desemboca en la misma cascada del Aguallueve.

Si uno decide visitar Anento, puede ser una gran idea compaginarlo con la visita a otras localidades próximas llenas de encanto, como pueden ser Daroca, Cariñena o incluso la laguna de Gallocanta, o el famoso monasterio de Piedra.

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