El Wat Pho o templo del Buda Reclinado es una de las visitas imprescindibles en Bangkok ya se este templo alberga en su interior al famoso gran Buda Reclinado, una estatua de casi 50 metros de largo y 15 de alto completamente recubierta de pan de oro y que se trata del Buda Reclinado más grande de toda Tailandia.
Además este santuario es el templo más antiguo de la ciudad, ya que se realizó una remodelación sobre un antiguo templo del siglo XVII. Esta data de la época del rey Rama I, primer rey de la dinastía Chakri, quien decidió cambiar la capital de entonces reino de Siam desde Ayutthaya a Bangkok a finales del siglo XVIII.
La escultura representa el momento en el que Buda, tumbado bajo una higuera, alcanzó la iluminación espiritual, así que los budistas lo veneran con una guirnalda de flores, incienso y hojas de pan de oro con las que se recubren las esculturas del pasillo, donde también hay un montón de cuencos para las limosnas, las cuales se destinan al sustento de los monjes ya que los monjes budistas viven exclusivamente de la caridad y los donativos.
Aunque la estancia más famosa del templo es este Salón Phra Vihara, donde se encuentra la escultura del Buda Reclinado, el recinto del templo cuenta con más de 90 estupas o chedis, cuatro de ellas, las estupas reales, de 42 metros de alto.
El Phra Ubusot es la gran sala de ceremonias en cuyos laterales se abren diversas galerías que contienen casi 400 esculturas de Buda, algunas de ellas mandadas traer por Rama I desde Ayutthaya, la antiguta capital; aunque en total el recinto, de más de 8 hectáreas, cuenta con más de 1000 estatuas de Buda.
Durante nuestra visita, en uno de los patios había colgadas cientos de banderas de plegaria budistas, dándole al conjunto una magia especial.
Además de todo esto, desde 1955 funciona, en el interior del templo, la Escuela de Medicina Tradicional y Escuela de Masajes, de hecho, se trata de uno de los centros más prestigiosos para estudiar estas especialidades y se considera como la primera universidad de Tailandia, así que si vais con tiempo, el Wat Pho es un buen lugar para darse un masaje.
Este templo puede visitarse todos los días de 8:30 a 18:30 y aunque se recomienda visitarlo antes de ver el Gran Palacio, nosotros lo hicimos al revés y podemos asegurar que no nos decepcionó en absoluto. El precio de la entrada es de 100 THB y al canjearla en el interior te regalan una botella de agua mineral, todo un detalle, sobre todo si la visita se realiza en las horas centrales del día.
El templo se encuentra a unos 500 metros del Gran Palacio y justo en la orilla opuesta del Wat Arun, otro de los templos más famosos de la ciudad. Se puede ir perfectamente andando desde el Gran palacio pero si se va con el tiempo muy justo puedes coger un tuk-tuk, aunque eso si, que no os engañen con las distancias.
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