Una de las regiones de España que más me han sorprendido y a la vez en la que más a gusto me he sentido es la provincia de Lleida. Tan cerca de casa y a la vez tan lejos, no fue hasta hace unos meses cuando mediante un viaje con la gente de Minube conocí la «provincia vecina», y la verdad es que volví encantado, muy sorprendido y sobre todo con ganas de más.

Descubrí una provincia que mezcla historia, cultura, naturaleza y gastronomía, y en donde los castillos, el vino y los espacios naturales tienen un papel importante.

Comenzamos conociendo la ciudad de Lleida, quien da nombre a la provincia. Allí descubrimos su casco viejo y subimos a la torre de la Seu Vella, la vieja catedral, desde la cual se ven unas vistas increíbles de la ciudad, aunque eso si, no sin antes disfrutar de su precioso claustro y sus grandes ventanales.

Saliendo de la capital y con nuestro coche, fuimos recorriendo las diferentes comarcas de la provincia de Lleida, visitando algunos de sus principales atractivos, como el convento de Santa María de Vallbona, en la comarca de Urgell, o como algunos de los distintos pueblos medievales que Lleida tiene por distintas comarcas, como Montfalcó Amurallat, un pueblo en lo alto de un cerro que se ha desarrollado siempre tras las murallas que lo protegen en la comarca de la Segarra, o Montsonis, una villa en la que vivir una verdadera experiencia medieval en la comarca de la Noguera.

En el viaje también hubo tiempo para los espacios naturales. Lleida cuenta con grandes joyas naturales por explorar, como el estanque de Ivars i Vila Sana en la zona de Plá de Urgell, un lugar natural en el que pudimos practicar el avistamiento de aves, o nuestra visita al monasterio de Santa María de Salgar, en Foradada, un monasterio enclavado en la roca y que cuenta con un entorno natural precioso.

Pero para entorno natural precioso, el del Congost de Mont-Rebei, una de las joyas naturales de Lleida y seguramente de toda España. Naturaleza pura y dura, perfecta para hacer una ruta senderista. Un gran cañón natural que podemos cruzar tanto a pie a unos cuantos metros de altura, como en kayak por el agua, y que separa las provincia de Lleida y Huesca. (Podéis saber más sobre él aquí)

Como es habitual, la gastronomía también es parte importante de estos viajes, y una forma más de conocer las tradiciones y cultura de la tierra. Por eso, no puedes irte de Lleida sin probar unos buenos caracoles a la Llauna, uno de sus platos estrellas.

Y qué mejor para acompañarlos que un buen vino de la zona. Lleida es tierra de vinos y por ello son muchas las bodegas que hay en la denominada ruta del vino. Nosotros visitamos algunas de ellas, como las bodegas Mas Blanch i Jové, reconocidas bajo el nombre de «la bodega de los artistas», o las bodegas de Castell del Remei con su vino D.O. Costers del Segre.

¿Sorprendidos con la provincia de Lleida? Pues aún hay más. En Lleida encontramos también un distintos pueblos realmente curiosos. Un de ellos es Sallás de Pallars, un pueblo que es un museo viviente de la historia del comercio en España, y en donde encontramos distintos establecimientos de época, desde un bar a una tienda de ultramarinos, pasando por una barbería, una farmacia o una mercería en la que no falta ningún detalle. Una visita de lo más recomendable por lo sorprendente y curioso del tema.

Otro de esos pueblos curiosos es Os de Balaguer, el llamado «primer pueblo optimista del mundo», gracias a unas pautas que dio el ayuntamiento para que el optimismo reinara en el pueblo, y en el que además encontramos una pequeña cueva con pinturas rupestres y el museo de campañas de Cataluña, en el que con un poco de arte y buen hacer, puedes sacarte (como hicimos nosotros) el carnet de tocacampanas.

Y si lo tuyo es el espacio y las estrellas, no debes dejar de visitar el observatorio  del Parque Astronómico del Montsec, el único observatorio de Europa con una cúpula desplazable. Por cierto, que no muy lejos de allí se encuentra el monasterio de Les Avellanes, en el que tuvimos la ocasión de dormir. (Si, hasta la fecha, nunca había dormido en un monasterio).

Podría hablar mucho más de las sorpresas que encierra Lleida, pero como una imagen dicen que vale más que mil palabras, casi es mejor que lo veáis y lo juzguéis por vosotros mismos, por lo que os dejo el vídeo que grabamos con Minube y en el seguramente os sorprenderéis con los encantos de Lleida tanto como yo.

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