Dubrovnik, o Ragusa, cuyo nombre significa “la ciudad de los robles” fue una república soberana hasta que fue anexionada por Napoleón al reino de Italia. Su lema era por aquel entonces “La libertad no se vende ni por todo el oro del mundo” aunque pocas veces le rindió honor ya que pagaba fuertes tributos al Imperio Otomano para conservar su preciada independencia.
Mostar es la segunda ciudad de Bosnia, y desgraciadamente es conocida en el mundo entero por ser parte del escenario en el que tuvo lugar una de las últimas guerras de Europa. Su puente, el Stari Most, se ha convertido en el símbolo de aquella guerra, al ser destruido y posteriormente reconstruido. Visitar esta ciudad supone una gran clase de historia. Pero es que además del puente, Mostar tiene muchas otras cosas por ver…
Kotor puede presumir de ser una de las localidades más turísticas de la pequeña Montenegro. La ciudad, de visita obligatoria, puede verse fácilmente en unas pocas horas. Rodeada por una muralla, la ciudad esconde tras sus muros varios atractivos. He aquí algunas de las cosas que tienes que ver y que hacer en Kotor.
Split es una de las principales ciudades de Croacia y de las más bonitas. Y es que el estar construida sobre un palacio romano, contar con un encantador barrio de pescadores y con un paseo marítimo abierto al Adriático le da un toque especial.
A poco más de media hora en tren desde la estación del Rossio en Lisboa, Sintra es una localidad con mucho encanto, rodeada de montañas y con unos monumentos capaces de dejar a más de uno con la boca abierta. No en vano, cuenta con varios palacios que forman parte de la lista de Patrimonio Universal de la UNESCO.
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