Hace unos días y como consecuencia de la despedida de soltero de un buen amigo, subimos al pirineo a iniciarnos en los llamados «deportes de aventura». En este caso, el elegido era el rafting, sobretodo por el hecho de hacer una actividad de grupo, y aunque al principio no estaba muy entusiasmado con la idea y no sabía si me gustaría, la verdad es que acabé encantado y con ganas de repetir.