Al noreste de Escocia se encuentra la pequeña localidad de Elgin, antiguo Burgo Real de Escocia en el siglo XIII. Allí estableció el obispo Andreas de Moravia su sede fija, con la construcción de una catedral despampanante para la época que era conocida popularmente con el sobrenombre de «la linterna del norte». Rápidamente se convirtió en un icono que hacía las delicias de todo aquel que la visitaba. Allí los diversos obispos tenían instalada su sede e incluso muchos acabaron siendo enterrados allí mismo, convirtiendo a la catedral de Elgin en un importante centro eclesiástico.

Pero todo cambió en 1390 cuando Alejandro Estuardo quemó la catedral junto con el resto de la Villa. Años más tarde, la catedral de Elgin siguió siendo vandalizada y sus ménsulas fueron destruidas. En los siglos XV y XVI se empezó a reformar sin éxito, pues acabó siendo abandonada y sucumbió a los destrozos propios del paso del tiempo hasta que por fin, en el siglo XIX y en el XX, comenzó a renovarse y a estabilizarse arquitectónicamente.

Visitar las ruinas de la catedral de Elgin

Pese a todo, la catedral de Elgin no se restauró ni nada parecido. Sus ruinas se han protegido pero no se han arreglado, algo que le da mucho encanto. Hoy, se puede pasear por ellas, recorriendo cada metro de las viejas ruinas de la catedral de Elgin y disfrutando de lo poco que queda de sus salas.

Destaca su fachada de estilo gótico, así como su sala capitular de planta octogonal, algo único en las catedrales escocesas y que se encuentra muy bien conservada. Tampoco te puedes perder sus grandes ventanales, o al menos la estructura de los mismos, y que dan una idea de la majestuosidad que tenía el edificio.

Si me admitís un consejo no dejéis de pasear por los restos de las tumbas del complejo fijándoos en las estatuas y figuras que encontraréis. Tampoco dejéis de subir al interior de sus dos torres, donde encontraréis un pequeño museo sobre la historia de este lugar.

La visita a las ruinas de la catedral de Elgin nos llevará un par de horas. Estamos hablando de la que en su día fue la catedral más grande del Norte de Escocia. Si sois poseedores de tarjeta Explorer Pass, debéis saber que la entrada a la catedral de Elgin está incluida, por lo que podréis entrar gratis. Después, podéis completar el día con alguna visita cercana por la zona. Si os gusta el whisky y os apetece visitar una auténtica destilería escocesa, Gleffinddich está muy cerca de aquí. También la ciudad de Inverness, el asentamiento de la batalla de Culloden o incluso el lago Ness.

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