Siempre he dicho que una de las cosas que quería hacer cuando fuera a Estados Unidos era ver un partido de la NBA, la mejor liga del mundo del baloncesto. No había tenido la oportunidad de hacerlo cuando visité Miami, Boston ni Nueva York, así que una de las cosas obligatorias que tenía en mi agenda durante mi ruta por la Costa Oeste de Estados Unidos era esa, la de por fin ver un partido de la NBA.

Y este sueño lo cumplí en Los Ángeles, y qué mejor manera de hacerlo que viendo a uno de los más míticos equipos, los Ángeles Lakers, y nada menos que en el Staples Center Stadium, uno de los templos por excelencia del baloncesto a nivel mundial.

Por eso y a a pesar de que el precio de la entrada no es barato, merecía la pena darse el capricho y gastarse algo de dinero en ver un partido de la NBA, algo que prometía ser un auténtico espectáculo. Y la verdad, y a pesar de que el partido lo perdieron los Ángeles Lakers, el precio de la entrada valió la pena tanto por el partido de baloncesto como por todo el show que se monta en torno al mismo.

Como unos americanos más, y tras adquirir nuestra cena a base de comida rápida en uno de los puestos que hay en el estadio, y nos sentamos en nuestras butacas a esperar que comenzara el espectáculo. Pero nada más sentarnos, nos tocó levantarnos. Y es que el himno nacional de los Estados Unidos sonaba por la megafonía del Staples Center de Los Ángeles y el público en pie lo cantaba con la mano en el pecho y mirando a una de las banderas de Estados Unidos que colgaba de uno de los fondos del estadio. Primer aviso de que esto es América, y que ver un partido de la NBA, dista mucho de lo que es ver un partido de baloncesto en España.

Tras la presentación de los jugadores en el videomarcador dio comienzo el partido. Lo primero que te llama la atención es que durante el juego la música no deja de sonar en todo momento mientras los jugadores deleitan con sus pases, triples y mates imposibles. Y si, es esa música tan característica de los partidos de baloncesto, esa que tantas veces hemos oído en los que jugamos al ordenador en los típicos juegos de baloncesto, y que resulta bastante graciosa.

Y por supuesto, lo que de verdad te atrapa es el gran show que se monta en torno al partido y que hace al público totalmente partícipe del espectáculo, sobre todo el las pausas por descanso o tiempos muertos. Uno de ellos, el de los bailes de las cheersleaders, con preciosas coreografias que hacen el deleite de muchos.

Otro, el de la famosa kiss cam, sin duda otra da las estrellas de los partidos de la NBA. Si, la cámara esa con la que enfocan a parejas que casi casi se sienten obligados a besarse para algarabía de todos los presentes es de lo más aplaudido del partido, y también, cómo no, la dancing cam, en la que la gente pierde la vergüenza y se deja llevar marcándose un bailecito para alegría de todos. La verdad, que todo lo que gira en torno al partido es es si mismo un espectáculo digno de ver.

Y por si todo esto fuera poco, ir a ver un partido de la NBA, puede suponer con un poco de suerte, el encontrarte alguna estrella del famoseo sentada por allí. En nuestro caso, además de ver al gran Magic Johnson, mítico jugador y una de las estrellas de denominado Dream Team, tuvimos la suerte de ver a Jennifer Lopez, quien estaba disfrutando del partido en compañía de sus hijos. Así que abrid bien los ojos, que igual con un poco de suerte os crucéis con alguno. Eso si, no los busquéis por la grada, ya que si están por ahí, los veréis en primera fila a pie de cancha.

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