Situada en la bahía de Nueva York, la Isla de la Libertad, antiguamente llamada Isla de Bedloe, es uno de los lugares más emblemáticos de Nueva York, ya que en ella se encuentra la famosa Estatua de la Libertad, uno de los símbolos por excelencia de esta famosa ciudad. Visitar la Estatua de la Libertad y la isla de Ellis, por tanto, es una de las cosas imprescindibles que toda persona que se acerca hasta Nueva York hace en algún momento.
Si nos remontamos al pasado, en este lugar hubo un fuerte defensivo conocido como Star Fort, debido a su forma de estrella, pero no fue hasta finales del siglo XIX cuando se instaló aquí la Estatua de la Libertad. El diseño de la estatua corrió a cargo del arquitecto francés Gustave Eiffel y fue un regalo del gobierno francés a Estados Unidos en 1886 para conmemorar los 100 años de la Declaración de Independencia.De hecho, existe otra estatua de la libertad en París, eso si, mucho más pequeña. Desde 1984 la Estatua de la Libertad de Nueva York forma parte de la lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
En la misma visita operada por la empresa Statue Cruises, se visita también la Isla de Ellis, cuyo nombre se debe a Samuel Ellis, quien fue su propietario en la década de 1770. Tras un tiempo destinada a usos militares, sobre todo durante la guerra de 1812 contra los ingleses, la Isla de Ellis s convirtió en la principal aduana de la ciudad y también el lugar de paso de millones de inmigrantes que llegaban en busca de oportunidades al «nuevo mundo». De hecho, se cree que entre 1892 y 1954 pasaron por esta isla y sus instalaciones más de 12 millones de personas.
Por aquel entonces la isla contaba con un hospital para atender a los pasajeros que llegaban en mal estado de salud o que portaban enfermedades contagiosas así como con un gran edificio dormitorio para acogerlos mientras duraban los trámites, además del gran edificio principal.
Hoy en día se puede visitar el edificio principal en el que desde 1990 se encuentra el Museo de la Inmigración, el cual recorre la historia de la isla y relata el proceso que seguían todos los que, por muy diversos motivos, viajaron hasta Nueva York a principios del siglo XX, desde la preparación del viaje hasta todos los controles que debían pasar a su llegada.
La verdad es que la visita a este museo es de lo más interesante ya que en las tres plantas que ocupa se pueden encontrar un montón de objetos de la época, desde cartas a fotografías y todo tipo de recuerdos personales con los que viajaban los inmigrantes. Además la visita incluye una audioguía en español, por lo que el idioma no será un problema para empaparse de la historia de este lugar.
La visita se realiza con la empresa Statue Cruises con la que operan varios barcos al día que realizan un recorrido circular desde Battery Park. La primera parada es en Liberty Island y desde ahí para en Ellis Island para volver de nuevo a Manhattan. El precio del barco es de 18$, 14$ para mayores de 62 años y de 9$ para niños de 4 a 12 años. Con la New York Pass es una de las visitas incluidas.
Con las entradas se incluye la audioguía en ambas islas y la entrada al Museo de la Inmigración en Ellis Island. Si además ello queréis subir al mirador de la Estatua de la Libertad hay que reservar los tickets por internet y con bastante antelación ya que la subida está limitada a 30 visitantes cada hora. Además, el acceso a La corona de la Estatua de la Libertad lleva un coste adicional de 3$. Eso si, las vistas que de Nueva York se obtienen desde allí son espectaculares. La empresa empieza a operar a eso de las 8:30 de la mañana y los últimos barcos de vuelta salen a las 16:30 desde Liberty Island y a las 17:00 desde la Isla de Ellis.
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