El MoMA o Museum of Modern Art es uno de los museos de visita obligada en Nueva York. Y es que en este museo situado en el Midtown, en el 11 west con la calle 53, justo al lado de la 5ª avenida, se reúnen muchas de las obras cumbre del arte contemporáneo.

El museo MOMA de Nueva York abrió sus puertas en 1929 y hoy en día está considerado uno de los mejores museos del mundo y recibe cada año a más de dos millones y medio de visitantes.

El nuevo MoMA fue inaugurado en 2004 tras haber permanecido cuatro años cerrado por reformas. Hoy las dos plantas del antiguo museo se han convertido en 6 y dos sótanos en  los que se ubican las salas de cine.

El museo cuenta con unos fondos sin parangón, de más de 150000 obras de arte que van desde el postimpresionismo hasta las últimas vanguardias. Las exposiciones especiales se encuentran en las plantas 2, 3 y 6.

Se suele recomendar que, para ver la colección permanente y no perderse ninguna de las obras estrella del museo, lo mejor es empezar en orden cronológico en la quinta planta, donde se encuentra el grueso de la colección con las obras de pintura y escultura de 1880 a 1960.

Este viaje por la colección permanente comienza con el postimpresionismo, no sin antes hacer una pequeña parada en el hall de la 5ª planta para ver las famosas latas de Andy Warhol.

En la primera de las salas y entre las numerosas obras que encontramos, no hay que perderse por nada del mundo las obras de Van Gogh, algunas tan conocidas como Retrato del cartero Joseph Roulin o La noche estrellada.

El fauvismo y el expresionismo son otros de los movimientos artísticos que dan continuidad a la sala con un buen reparto de obras de Matisse, quien cuenta con una sala en exclusiva para sus obras como La danza o L’Atèlier rouge, así como el dadaísmo presente en el interior del MOMA con varias obras de Marcel Duchamp.

Dentro de la colección cubista podemos ver un gran repertorio de obras de Braque, Juan Gris y Picasso entre las que destaca por encima de todo Las señoritas de Avignón. También hay una buena muestra de obras futuristas de artistas como Boccioni, Balla, Carrà o Villon. Además, los inicios de la abstracción están muy bien representados con los constructivistas rusos y las obras de Pierre Mondrian.

Otro de los apartados que no hay que perderse es el apartado surrealista. en el que no hay que perderse las obras de Max Ernst, Miró y otra de las obras estrella con las que cuenta el MoMA, La persistencia de la memoria de Salvador Dalí.

La colección sigue con el expresionismo abstracto de Pollock y las vanguardias más novedosas que se desarrollaron después de la Segunda Guerra Mundial, para pasar al Pop Art con una buena muestra de obras de Andy Warhol y Roy Liechstenstein.

En la 5ª planta podemos ver la evolución del arte a partir de los años 60 con una buena colección de fotografías y obras que ilustran la agitada vida de la década de los años 60.

Tampoco hay que perderse la sala dedicada a los Nenúfares de Monet, un tríptico pintado en 1920, en los últimos años de la carrera del pintor, ni el jardín de esculturas, situado en la planta calle del museo.

La verdad es que el MoMA es uno museo para disfrutar con detenimiento en el que uno puede echar fácilmente un día entero, algo realmente difícil de cuadrar con la apretadísima agenda de actividades que ofrece Nueva York y con la gran afluencia de público que acude al museo, pero intentad al menos deteneros durante un instante delante de las obras que más os gusten, pues la mayoría son una auténtica maravilla.

El MoMA puede visitarse todos los días de 10:30 a 17:30, salvo los viernes, que abre hasta las 20:00. El precio de la entrada es de 25$, y de 14$ para estudiantes, pero los viernes a partir de las 16:00 es gratuito, por lo que ya no hay excusa para marcharse de Nueva York sin visitar el MoMA, sin duda uno de los museos más interesantes con los que cuenta Nueva York, y uno de los museos de arte contemporáneo más importantes del mundo.

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