Lleida es la única provincia interior de Cataluña, y una de sus particularidades es que tiene la capacidad de sorprender a todo aquel que la visita, tanto por sus contrastes paisajísticos como por la riqueza de sus bienes culturales y su gastronomía. Y es dentro de este último campo, donde los vinos tienen un papel principal. Lleida es tierra de vino, y los vinos de Lleida, como ellos mismos dicen, son experiencias para el recuerdo; por su sabor, por el cariño con el que los hacen y por la gente que los rodea.
Con semejante cultura del vino en la provincia, no es de extrañar que exista una ruta del vino de Lleida, un recorrido por diferentes bodegas, restaurantes y alojamientos que permite conocer en primera persona, algunos de los encantos de los vinos de la denominación de origen Costers del Segre.
Bodegas de la ruta del vino de Lleida
Las bodegas pertenecientes a la ruta del vino de Lleida tienen su origen en una tradición ancestral. Los romanos introdujeron las vides en las tierras de Lleida, y la uva (y el vino) rápidamente arraigó con fuerza en la zona. Por eso, es posible encontrar muchísimas bodegas que mezclan la tecnología más moderna con la tradición del cultivo de la vid para ofrecernos lo mejor de sus vides en forma de deliciosos vinos.
Los vinos realizados por las bodegas pertenecientes a la ruta del vino de Lleida hacen sus vinos bajo la certificación de la denominación de origen DO Costers del Segre, y son vinos caracterizados por haber crecido en tierras con suelo calcáreo y bajo un clima mediterráneo continental, basado en inviernos fríos y calurosos veranos.
Son muchas las bodegas que se engloban dentro de la ruta del vino de Lleida, tantas que es complicado visitarlas todas. Nosotros, nos acercamos a conocer dos de las más carismáticas: las bodegas Mas Blanch i Jové, las bodegas Castell del Remei y el vino de Celler del Castell.
La bodega Mas Blanch i Jové, está situada en el municipio de La Pobla de Cérvoles, a unos 700 metros de altura respecto al nivel del mar, en un territorio con poca lluvia y una gran variación de temperaturas entre el día y la noche, lo que da a su uva un carácter especial.
Es conocida como «la bodega de los artistas», ya que entre sus viñedos en posible ver obras expuestas de diferentes artistas. Dentro de la bodega, destaca un gran mural de 12 metros obras del artista Guinovart, un pintor catalán gran amante del vino y el arte y del que surgió esta iniciativa.
Sus vinos, vienen marcados por la palabra SAÓ, una palabra que habla de la tierra y significa madurez, perfección y grado de humedad óptimo. Dentro de la bodega tuvimos la ocasión de probar varios de sus vinos, y aunque todos estaban buenísimos, si tengo que elegir uno, me quedo con el blanco. ¡Buenísimo!. Por cierto, que también hacen aceite de oliva arbequina, muy típica de esta zona de Cataluña.
La bodega de Castell del Remei está situada en la comarca de La Noguera, a unos 250 metros sobre el nivel del mar, y aunque el suelo de la zona es calcáreo, lo cierto es que dentro de la finca existen diferentes tipos de suelo que provocan distintos matices en los vinos de Castell del Remei.
Construidas en 1780, las bodegas cuentan con seis naves que tienen una superficie de más de 5500 metros cuadrados. En el recinto, además, es posible quedarse a comer en el restaurante de la finca, en el que como no podía ser de otra forma sirven algunos de sus vinos, así como pasear por el entorno natural de la misma. Por cierto, que dentro de esta bodega, también es posible ver algunas exposiciones y obras de arte de diversos artistas, y es que el arte y el buen vino parece que van últimamente cogidos de la mano.
En la botiga de Montsonis tuvimos la oportunidad de probar los vinos de Celler del Castell de Montsonís unos vinos intensos y llenos de aromas y sabor, con un tinto color rubí intenso que estalla en la boca. Un vino realmente interesante.
Restaurantes de la ruta del vino de Lleida
La ruta del vino de Lleida incluye además una selección de restaurantes que representan la cocina leridana. Platos de moderna presentación en los que están presentes los productos naturales que se cultivan en la zona, como frutas, verduras, hortalizas y aceites.
Igual que como las bodegas, la gran oferta de restaurantes dentro de la ruta del vino de Lleida hace imposible el probar todos. Nosotros nos decidimos por cinco de ellos a lo largo del viaje: el conocido como restaurant del Llac, en la carretera de Balaguer a la altura de Cellers, el restaurante L’antiquari en el mismo Lleida, el restaurante La Solana de Foradada y el restaurante de las bodegas del castell de Remei que hemos mencionado antes.
Allí además de los platos típicos de la zona, como los famosos caracoles a la llauna, pudimos probar una gran variedad de carnes y pescados, así como verduras y otros productos de la tierra. Eso si, todo regado con algunos de los mejores vinos de la ruta del vino de Lleida. Por cierto, a destacar también el trato y el servicio recibido en todos estos establecimientos, realmente exquisito.
Además de todos estos restaurantes, también tendríamos la oportunidad de probar la cocina de algunos de los alojamientos en los que pernoctamos y que están recomendados dentro de la ruta del vino de Lleida, como son el monasterio de les avellanes, y la casa rural Cal Pastor.
Alojamientos de la ruta del vino de Lleida
Para completar el recorrido, la ruta del vino de Lleida ofrece excelentes alojamientos de todo tipo en los que poder pernoctar. Desde casas rurales a fincas e incluso algún que otro monasterio. Nosotros primero nos alojamos en Cal Pastor, una casa rural, y posteriormente tuvimos la oportunidad de dormir en un monasterio, concretamente en el de las Avellanes (Nuestra Señora de Bellpuig).
Cal Pastor se encuentra en la localidad de la Pobla de Cérvoles, en un entorno lleno de tranquilidad y viñedos. Se trata de la antigua casa del pastor de los rebaños de cal Cabré, que ha sido reformada. Lo que más destacaría de esta casa es el trato de sus dueños, quienes te hacen sentir como en casa desde el primer momento. No dejéis de comer allí si tenéis ocasión, ni tampoco de daros un baño en su piscina. Por cierto, que aquí en posible comprar mermelada de aceite, una pequeña pero deliciosa delicatessen.
El Monastir de les Avellanes, Santa María de Bellpuig es un monasterio del siglo XII enclavado en la comarca de La Noguera. Está rodeado de un entorno de naturaleza, viñedos y mucha tranquilidad, donde no se oye ni un ruido. Tampoco debéis perderos el restaurante del monasterio, con una carta de lo más variada, y en donde podéis probar platos típicos de la zona.
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Que chulo!! molaría hacer la ruta del vino, aunque no sea muy fan del vino pero debe estar muy chulo. Lleida es unos de los lugares que aún no he visitado y me gustaría visitar
Buenas fotografías
Es una ruta interesantísima donde se aprende un montón sobre los vinos de la zona. Por si eso fuera poco, además se come de maravilla por toda la zona, que cuenta con algunos parajes sorprendentes! Si tienes oportunidad, te recomiendo descubrirla, te encantará! Saludos