Hace unas semanas tuve la oportunidad de escaparme unos días a disfrutar de Castellón, y además pude hacerlo rodeado de amigos. Con los chicos de minube y algunos de los bloggers más conocidos de la blogosfera pude conocer los encantos de una tierra en la que las playas no son solo mas que uno de los ingredientes de una jugosa receta que junto con castillos, historia, pueblos con encanto del interior, bodegas, deportes de aventura y gastronomía hacen de Castellón la mezcla perfecta para asegurarse una gran escapada.
Comenzamos conociendo la pequeña localidad de la Jana, una pequeña localidad del Bajo Maestrazgo de algo más de 700 habitantes, que cuenta con dos grandes tesoros. El primero, su iglesia parroquial, San Bartolomé, datada del siglo XV, y situada en la misma plaza del pueblo. El segundo, sus campos de olivos milenarios, un museo al aire libre que cuenta con la mayor concentración de olivos milenarios por kilómetro de toda España, los cuales, pese a los años, siguen produciendo aceite de calidad.
Sant Mateu, la capital historica del Maestrazgo nos atrapó por su colorida plaza y la historia de muchos de sus edificios, iglesias y palacios. El callejón de los judíos es una pequeña joya escondida en la localidad que merece la pena buscar.
Peñíscola, localidad costera en la que ya había pasado algún verano durante mi infancia, estaba tal y como recordaba. Siempre es una gozada pasear por las callejuelas de su tómbolo en dirección al castillo disfrutando de sus diferentes tiendecitas.
En Torreblanca pudimos disfrutar de una fabulosa ruta en BTT por las lagunas del parque natural del Prat, un espacio de marismas donde anidan diferentes especies de aves. Los amantes de la ornitología disfrutarán de este espacio en el que además el entorno invita a coger la bicicleta y perderse, llegando hasta la misma playa.
Y hablando de playas, tuvimos el privilegio de visitar la playa de La Romana, en Alcossebre, considerada en los últimos años como una de las diez mejores playas de España. Por cierto que fue en Alcossebre también donde salimos a navegar, recorriendo el Mediterráneo de una manera diferente y muy divertida.
En Benicasssim realizamos la ruta verde. Se trata de una vieja ruta en la que antes pasaba la vía del tren que ha sido convertida en un paseo para realizar tanto a pie como en bicicleta y que une las localidades de Benicassim y Oropesa. La ruta tiene un recorrido de algo más de 5 km y en ella pueden admirarse unos paisajes maravillosos, ya que vas recorriendo el litoral.
No fue esta la única actividad deportiva que realizamos en la vía verde, ya que a mitad de camino pudimos disfrutar (y muchos estrenarnos) en el Coasteering, un deporte de aventura que consiste en realizar un recorrido por la costa realizando saltos, rappel, barranquismo y puente de cuerda entre otras modalidades. La experiencia fue sencillamente brutal, adrenalina por los cuatro costados y con muchas ganas de repetirlo.
También hubo tiempo para descubrir Benicassim y sus alrededores. Primero con dos visitas culturales, como fueron las visitas a las Bodegas Carmelitano, un clásico de la sobremesa española, para más tarde, acercarnos a conocer el parque natural del Desierto de las Palmas y su viejo monasterio. Una zona donde se respira tranquilidad por todos lados pese a encontrarse bastante cerca de las playas y Benicassim y en donde coger la bicicleta o simplemente dar un paseo es un auténtico placer.
Para la hora mágica del atardecer, decidimos volver para recorrer el paseo marítimo de Benicassim a pie, saboreando el atardecer sobre su playa al mismo tiempo que realizábamos la famosa ruta de las villas, las cuales por cierto tienen tras de sí una curiosa historia.
Para finalizar el viaje y a modo de despedida Castellón todavía nos deparaba una sorpresa: la localidad de Villafamés, un pequeño pueblo del interior que se ha convertido en uno de mis rincones favoritos de España.
Habitada desde tiempos prehistóricos y con una dilatada historia a sus espaldas, la localidad cuenta desde pinturas rupestres hasta un castillo de origen árabe. Pasear por su casco histórico es como abstraerse del paso del tiempo. Sin duda un rincón donde me gustaría volver a pasar unos días de desconexión. Por cierto que como curiosidad he de decir, que Villafamés cuenta con un museo de arte moderno muy interesante con obras de artistas muy conocidos, pese a ser una localidad de 2000 habitantes.
Todas estos rincones, sumados a la buena compañía hicieron de la escapada a Castellón un viaje lleno de buenos momentos. Pese a mi esfuerzo por intentar contarlos, no se si seré capaz de transmitir lo que Castellón nos hizo sentir en este viaje. Por eso, os dejo el vídeo aquí, para que veáis todo lo que disfrutamos de Castellón, una tierra que hay que vivirla.
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P.D. Los locos que me acompañaron en este viaje son Ignacio, Judith, Avistu, Miguel y David.
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Xipo, buen post de Castellon desconozco las zonas que describes pero las imagenes hablan por si solas
Gracias Jairo! Como has visto en el vídeo Castellón tiene muchísimas posibilidades, no sólo son playas, tiene pueblos de interior super bonitos. Fueron unos días muy agradables conociendo la provincia de Castellón, saludos!
Buenísimo reportaje y rutas por supuesto, … respecto a los olivos milenarios, es bien es cierto que (aunque cuesta encontralo), el mejor aceite que podemos tomar en España no es el de Jaén (y que no se cabree nadie), sino el de Castellón. Aceite que los restaurantes de nivel y de cierta calidad ponen en Madrid de entrante y picoteo para disfrutar con pan.
Lo dicho, me ha encantado el reportaje.
Un saludo.
Gracias!! Tuvimos la suerte de poder probar el aceite de esos olivos y estaba buenísimo!!