Poco sabía de la Baronía de Escornalbou antes de mi viaje por la zona hace unas semanas. Conocía Tarragona ciudad tras el minubetrip realizado el año pasado y también la costa en la que tantos años había veraneado, pero desconocía totalmente el tesoro natural que la zona escondía en su interior y que tantos años había tenido a tan pocos kilómetros sin saber aprovechar: naturaleza, historia, pueblos con encanto y un sinfín de actividades alrededor del pantano que baña la zona.

Desde siempre la Baronía de Escornalbou ha tenido gran importancia histórica. A mediados del siglo XII y tras una dura batalla Alfonso I «El Batallador» logra derrotar a los musulmanes y comienza la repoblación cristiana de la zona.

En lo alto de su montaña se instaló un monasterio que todavía hoy preside la comarca y que está dedicado a San Miguel, y en torno a al cual se desarrollaron los siete pueblos que conforman la Baronía: Riudecañas (que es al mismo tiempo su capital), Duesaigües, Pradell de la Teixeta, Fontaubella, Colldejou, L’Argentera y Villanova d’Escornalbou, a la que hay que añadir la pequeña pedanía de L’Arbocet, una población preciosa que solamente cuenta con dos calles. Todos los pueblos de la zona pueden descubrirse con las visitas de La Teva Ruta, unas visitas guiadas en las que además de conocer los lugares, te explican las principales curiosidades de la zona.

Pero no solo el monasterio es el único centro importante de la comarca del Baix Camp. El pantano de Riudecañas es el otro punto en torno al cual gira la vida en la Baronía de Escornalbou. Son muchas las actividades que se pueden hacer en la zona, desde actividades acuáticas como pescar o navegar en sus aguas, hasta otras terrestres en los caminos y carreteras que rodean el pantano. Una de ellas es la de poder hacer rutas en bicicleta por los alrededores, en una carretera que se presta a ello, con un trazado lleno de curvas que la ha hecho ser parte importante del rally de Cataluña.

Otra es la disfrutar del entorno natural que ofrece la zona a lomos de un caballo. Tampoco tenemos que olvidarnos de las rutas senderistas, algo muy habitual en la zona. Como veis, no faltan opciones para todos los gustos.

Pero no estaría completo este tesoro sin una gastronomía acorde a la zona. Y como no podía ser de otra manera, la tiene. En Riudecañas encontramos la cooperativa de aceite de oliva con Denominación de Origen de Escornalbou que es otra de las joyas de esta región, elaborado a base de aceituna arbequina. Tampoco hay que dejar de probar las avellanas de Reus, también con sello de denominación de origen y de gran calidad.

¿Lo mejor? Ir a probar la gastronomía a alguno de sus restaurantes, como el restaurante Cunirri en Duesaigües, el restaurante L’Argentera (L’Argentera) o el restaurante el Corral, en Riudecañas, restaurantes en los que poder probar platos tan típicos como la Espardenya (tostada de escalivada y anchoas) o el plato llamado «Mar y montaña», hecho a base de sepia y albóndigas, entre otras muchas especialidades. Si quieres saber más acerca de sus p`latos típicos y donde probarlos, mira este enlace.

Tampoco se puede dejar pasar la oportunidad de hacer un «desayuno de tenedor» en alguno de sus olivares. Brasas, pan con tomate y mucho mucho aceite. Imposible tener un mejor acompañamiento para unas butifarras o unos arenques recién hechos.

Y si lo tuyo es el buen vino. en la Baronía de Escornalbou también encontrarás bodegas en las que poder probar el vino de la zona. Visitando las de Más de Botó no solo te aseguras probar un buen vino en una de las bodegas más tradicionales, sino que además podrás disfrutar de un entorno único.

Dicen que los buenos perfumes vienen en frasco pequeño y con la Baronía pasa exactamente lo mismo. Pocos kilómetros, pequeños pueblos, pero un entorno magnífico en el que poder perderse y relajarse haciendo actividades en contacto permanente con la naturaleza, y todo ello acompañado por una gastronomía de diez.

Irás por su paisaje, pero volverás por su gente. Ya lo verás.

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