No se si habéis pensado en formar parte de una película, pero nosotros muchas veces. Es una lástima admitirlo, pero tal vez el cine no sea lo nuestro y el celuloide se pierda dos actores como la copa de un pino. Pese a todo, participamos en películas, si, pero de otra manera. Nos conformamos con visitar los escenarios donde se han rodado, imaginándonos ser un personaje más de la misma. Puede parecer una tontería pero hacednos caso, prometemos que funciona. Es sencillamente otra forma de vivir el cine.

Bien, pues con esta idea llegamos a  Ayna, una pequeña localidad albaceteña, la cual se ha convertido gracias a la película de José Luís Cuerda en el centro neurálgico de una religión creciente: los Amanecistas. Tanto es el furor producido por la película que hasta se organizan quedadas aquí vía redes sociales con el fin de hablar de Dostoyevski, recibir al alcalde, ver salir el sol o cantarle al corazón. Y aunque es justo nombrar a Molinicos y Liétor como los otros pueblos donde se grabó esta famosa película, es en Ayna donde se respira el verdadero ambiente de Amanece, donde está el centro de interpretación de la película y donde se grabaron la mayoría de las escenas.

Con la creación de la ruta de «Amanece, que no es poco» es posible sentirse un personaje más de tan pintoresco pueblo, y recorrer calle a calle las escenas de tan afamada película  de manera real. Todo el pueblo forma parte del escenario usado en la película y a cada paso que das no es difícil reconocer el lugar donde se grabó alguna escena. Y si eres de los que no se acuerdan de estas cosas bien, no te preocupes, pues hay carteles informativos donde te recordarán qué momento de la película tienes ante tus ojos.

Aquí tenéis algunas fotografías de aquellos lugares que pudimos conocer, acompañados de su fotograma en la película. Ya veréis como los recordáis.

-La casa de Ngé, el negro del pueblo según él, y minoría étnica para el resto. Es posible ver la casa varias veces a lo largo de la película, y la encontramos camino a los bancales. Lamentablemente, la original fue destruida años más tarde y la de ahora se trata de un decorado.

-La casa del hombre razonable: Cuando Teodoro y su padre llegan al pueblo buscan alojamiento. No se lo ponen fácil y antes de encontrarlo, uno de los que no les da cobijo, se lo explica razonadamente. La casa de este hombre razonable ha cambiado bastante. Encontramos la puerta muy cambiada y con un tejadillo. Aún así, es imposible no recordar las explicaciones de tan razonable hombre.

-El sidecar de Jimmy y Teodoro: Padre e hijo llegan a Ayna en su viaje hacia Francia. Teodoro viene de año sabático desde Oklahoma, donde por cada seis años de trabajo tienes uno sabático. El sidecar se ha convertido en uno de los símbolos de la película, y es posible verlo a la entrada del pueblo.

-La entrada a la escuela del pueblo: Es posible pasar por delante de la puerta de la escuela donde Don Roberto, ese maestro que todos quisiéramos haber tenido, recibía con energía y piropos a los niños todas las mañanas.

-El camino de Elena hacia el bancal: Tras su paso por la escuela de Don Roberto, Elena, una de las chicas más guapas del pueblo, emprende su camino al bancal para cuidar del hombre que allí le está saliendo.

-Los hombres de los bancales: Y es que Ayna tiene ciertas particularidades, raras a más no poder. Los exiliados de la política levitan quince palmos del suelo, y es posible parir tras el coito, y si no que le pregunten a Morencos. Aunque posiblemente la más famosa sea la de los hombres que crecen en los bancales, eso sí, si no se agostan. Hay que tener cuidado al sacarlos, pues puedes dejarlos cojitos…

-El diálogo de los guardias civiles: Es posible recorrer la calle por donde la guardia civil debate acerca de los que van en bicicleta. No les hace gracia la gente en bicicleta, y los prefieren los días que les toca oler bien, a lomo de ángel. Porque esto de ir en bici, lo ven más artificial.

Aunque eso sí, rápidamente el cabo aclara que sería peor que levitasen, como los exiliados políticos . Eso sí sería peligroso, pues te pueden caer encima si se les escacharra la levitación, o cagarte como los pájaros, que ya pasó alguna vez…

-La llegada del Alcalde: También es posible conocer la calle por la que llega el Alcalde al pueblo con la mujer turgente que quieren que sea comunal. Es la misma calle por la que se marchan Jimmy y Teodoro hacia Francia o como veis en el fotograma, pasean Morencos y el resto de jóvenes del pueblo.

-La oda a la calabaza: Sin duda otro de los grandes símbolos de la película. Camino a los bancales, es posible encontrarse con la calabaza y poder recitarle una oda, expresándole nuestro agradecimiento por seguir allí, en el bancal de un pobre anciano, en vez de haber elegido una mesa más lujosa.

Otra de las sorpresas que tiene Ayna en esta ruta amanecista es que la mayoría de los habitantes del pueblo han participado en el rodaje de la película, muchos incluso realizando algún papel, con lo que pueden contarte multitud de anécdotas del rodaje y de los actores, pues algunos estuvieron viviendo en el pueblo casi dos meses.

A lo largo de la ruta nos cruzamos con vecinos que habían sido actores de la película, como el chófer del alcalde, o un vecino que hizo de ruso en la película. También en el viaje pudimos conocer a algunos de los niños de la escuela, ahora ya más creciditos. Es el caso de Rafaelito, Jorge Vidal en la vida real, quien trabajaba en el hotel donde nos alojábamos y que era el niño de la famosa cuenta en el colegio. Si, el que cantaba aquello de «Si a quinientos ocho sumo treinta y dos, le quito cuarenta y le añado dos, luego multiplico por cuarenta y tres, resto mil quinientos, divido entre cien… Me sale doscientos coma ochenta y seis«. Seguro que recordáis la escena.

El otro chiquillo que conocimos, es Juan Ángel, el niño deprimío. Actualmente regenta el Hostal Miralmundo en el mismo pueblo, decorado con algunos motivos referentes a la película, y que a pesar de los años no ha cambiado nada. Sigue estando igual de deprimío que en la película de Cuerda, y si no mirad…

Os lo dije. Igualito de deprimío. Tanto Juan Ángel como Jorge nos acompañaron en nuestro viaje por Albacete y son con los que más rato pudimos conversar. Nos contaron secretillos de la película y de los actores, pequeñas cosas que sólo se ven tras las cámaras. Además, Juan Ángel nos regaló los guiones de la película. Lástima que no me acordé de pedirle que me lo firmara. La próxima vez que vaya por allí no me olvidaré de pedírselo.

Estos son sólo algunos de los escenarios que la ruta de la película tiene en Ayna, pero aún hay más. Es posible ver la escuela donde se grabaron las canciones del corazón y de los ríos de Europa, la taberna del pueblo donde iban a emborracharse,el tunel al que se asoma el suicida esperando morir, el bancal donde le crecía el hombre a Elena, los campos donde Morencos ardía por el culo pensando en la turgente muchacha del señor alcalde… Y por supuesto, el centro de interpretación de la película, donde no falta nada acerca de todo lo que envolvió al rodaje.

Es difícil no ser fan de esta película, pero si aún no lo eres, te recomiendo que la veas, y acudas a Ayna a hacer la ruta. Descubrirás un gran pueblo, buena gente y bonitos rincones. Incluso puedes ver Amanecer, que no es poco…

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