Viviendo en Bruselas, tarde o temprano llegaría el día de conocer Amberes (bueno, para los belgas, Anvers o Antwerpen, porque por Amberes en sí ninguno la conoce), y así poder disfrutar de la segunda ciudad más grande de Bélgica, situada ya casi en la frontera con los vecinos holandeses.

Al hablar de Amberes siempre me viene a la cabeza el puerto comercial tantas veces estudiado en las clases de história en el colegio, pero la ciudad como no podía ser de otra manera, tenía mil y una historias que mostrarnos, y eso que la lluvia no se apiadó de nosotros y decidió acompañarnos durante todo el viaje.
La ciudad, aunque es la segunda más grande del país, se puede ver en un día, aunque yo recomiendo estar al menos dos días si se quiere conocer la ciudad un poco a fondo y no limitarse a los monumentos principales. Además, el ambiente nocturno de Amberes es digno de ser tenido muy en cuenta…

Para conocer el origen del nombre de la ciudad hay que recurrir a su nombre en neerlandés, «Antwerpen». «Ant» significa «mano», y «werpen» significa «lanzar». Cuenta la leyenda que en el río Escalda (el que pasa por Amberes) vivía un gigante que cobraba un peaje a los barcos por pasar por el río. A los capitanes de los barcos que no pagaban, el gigante les cortaba la mano y la tiraba al rio, sembrando el terror de las gentes. Finalmente, un soldado romano, llamado Silvius Brabo, cansado del poder que el gigante ejercía, decidió cortarle la mano y arrojarla al rio, dándole a probar de su propia medicina.

Otra leyenda nos cuenta, que la mano cortada del gigante fue lanzada al río y que por su tamañó impidió que barcos de las tropas enemigas llegaran a la ciudad a conquistarla. Como veis, multitud de historias para una ciudad con historia.

Amberes es hoy en día una gran ciudad comercial, con calles llenas de tiendas y una gran vida universitaria, con un ambiente joven, con multitud de bares y una agitada vida nocturna. Pero aparte de todo esto, Amberes es una ciudad con muchísima historia a sus espaldas.

Amberes es además uno de los centros más importantes de tallado de diamantes a nivel mundial, pero a pesar de los diamantes de la ciudad, para mí las verdaderas joyas de la ciudad son dos:Uno de los símbolos de la ciudad es el pintor Rubens, quien vivió aquí varios años y desarrolló gran parte de su obra. La casa de Rubens es una de las visitas imprescindibles de la ciudad. La entrada no es nada cara y se tiene la posibilidad de solicitar una audioguía totalmente gratuita. La pena es estos casos es, como suele ser habitual, que las fotos están prohibidas. 🙁

Por un lado, la catedral, con su torre de 123 metros de altura, visible desde cualquier punto de la ciudad, y una de las iglesias góticas más importantes de Europa.

En su interior, como no puede ser de otra forma, encontramos obras de Rubens, destacando «El descendimiento de la cruz» sin duda su obra maestra.

La entrada a la catedral cuesta dos euros, pero sin duda, su visita es algo obligatorio, tanto por su belleza interior como por los tesoros que en su interior se hospedan.A los pies de la catedral encontramos diversas plazas llenas de terrazas y bares donde parar a tomar una buena cerveza o aprovechar para comer.

Una de esas plazas cercanas a la catedral es la otra joya de la ciudad, la Grote Mark, la plaza del mercado, rodeada por los edificios gremiales de los siglos XVI y XVII. En ella, se encuentra el ayuntamiento de la ciudad, y en el centro de la plaza podemos ver una fuente de bronce que ilustra el momento en que el soldado Brabo le cortó la mano al gigante.

Cerca de la Grote Mark encontramos el río Escalda y el famoso puerto de Amberes, con más historia que belleza, pero de visita obligada por lo que significó tiempo atrás. Pegado al puerto, encontramos el Castillo Steen, del siglo XII, hoy en día convertido en el museo de la marina, y de acceso gratuito. Este castillo ha sido de todo a lo lardo del tiempo, llegando incluso a ser utilizado como prisión. A la entrada del castillo una escultura en recuerdo al gigante que aterrorizaba a la ciudad en sus orígenes nos recuerda donde estamos.

En definitiva, como veis Amberes es un buen destino para viajar. Una ciudad con mucha vida, tanto diurna como nocturna, moderna con un ambiente joven y liberal encuadrado en un clima de historia y de historias..Volviendo a temas más actuales, Amberes destaca también por ser una ciudad muy liberal. Es una de las ciudades con más «ambiente» del mundo. Existe un barrio rojo, lleno de sex shops y muchos bares de ambiente. Al mismo tiempo, es uno de las zonas más divertidas de la ciudad y donde más ambiente nocturno hay. Café d’Anvers es la mejor discoteca de la zona para tomar una copa y descubrir la noche de Amberes.

Asímismo, al ser una ciudad universitaria, los bares y tabernas proliferan por toda la ciudad, pero el núcleo universitario más importante está alrededor de la Groenplaats, un aplaza bastante grande cercana a la catedral.

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