Uno de los mayores atractivos de Grecia más allá de su historia, paisajes y cultura es sin duda su gastronomía. Por eso, cuando uno visita el país heleno no debe dejar de probar su rica cocina. Eso si, en sitios muy turísticos como las famosas islas griegas por ejemplo no es fácil dar con una buena taberna griega, ya que la mayoría de locales están orientados al turismo de masas, con platos que a pesar de ser típicos griegos, no llevan demasiada preparación.

Pero pese a todo, aún quedan auténticas tabernas grietas escondidas entre tanto restaurante hecho para el turista. Tabernas que parecen estar detenidas en el tiempo ajenas a lo que ocurre a su alrededor. De esas con viejas sillas de madera, manteles a cuadros, un camarero bonachón y varios gatos merodeando a sus anchas entre las mesas del local. Un sitio de esos en el que Grecia se disfruta sentado e una mesa, con productos de primera, fresquísimos y sobre todo hechos con mimo.

Tras estar unos días recorriendo la isla de Santorini, y sobre todo buscando auténticas tabernas griegas en las que probar lo mejor de la cocina griega, son dos en concreto las que puedo recomendar, sobre todo en base a la calidad de su comida casera, al ambiente del local y al precio de los platos, no tan hinchados como en los restaurantes de su alrededor.

La primera taberna griega recomendada es la “taverna” Simos en Firostefani, muy cerca de una de las mejores puestas de sol que tiene la isla. Esta taberna se encuentra junto a la carretera y cuenta con una terraza exterior en la que es una delicia sentarse a comer. El servicio es maravilloso, la variedad de platos altísima, la calidad óptima y el precio bueno. Además como norma de la casa suelen invitarte a un pequeño chupito de Raki u Ouzo (licores locales) al acabar la comida. En otras tabernas griegas, en cambio, el postre suele ser el detalle al que invita la casa.

Si vais por allí nuestra recomendación es que no dejéis de probar su pulpo a la brasa, su moussaka, ni sobre todo sus ensaladas para untar, como la Melitzanosalata (crema de berenjenas ahumadas con ajo) o la Taramosalata (hecha a base de huevas de pescado). Sencillamente deliciosas.

La otra taberna recomendada está en la turística ciudad de Oia, también en la carretera y a solo unos pasos de la calle principal, llena de comercios, restaurantes y sobre todo turistas, muchos turistas. El sitio en concreto se llama Restaurante Alkiona, y que no os engañe el nombre, que pese a eso de restaurante, el lugar es una vieja taberna griega de las de toda la vida.

Cuenta con una gran variedad de platos griegos, hechos de forma casera y el precio no es para nada caro, sobre todo si comparamos con el resto de restaurantes de la zona. Especialmente buenas nos supieron las Dolmades griegas que allí comimos, hojas de parra rellenas en este caso de arroz con especias y piñones (aunque pueden estar rellenas también de carne o verduras), y el plato que en Grecia conocen como Gemista, y que consiste en tomates y pimientos asados, y también rellenos de arroz o carne picada.

En todos los restaurantes de Grecia es norma y normal dejar propina, y en las tabernas griegas esto no es una excepción. La propina que suele dejarse puede llegar hasta el 10 % del importe de la comida, siempre a elección de comensal claro, y como en todo, dependerá del trato que hayas recibido, que por otro lado en las tabernas griegas, suele ser muy cercano.

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