Sin duda alguna Malinas fue la ciudad de Flandes que más gratamente me sorprendió. De no esperar a priori demasiado de ella, pasó a encandilarme con la belleza de sus calles empedradas, edificios señoriales, plazoletas y rincones. Y sin duda alguna, gran parte de la culpa la tiene el Jardín de Invierno de las Ursulinas, un edificio modernista que es una auténtica joya, y cuya visita, fue uno de los grandes descubrimientos de mi último viaje a Flandes.

Fue en pleno siglo XIX cuando se construyó el convento de las ursulinas, en la zona de Onze-Lieve-Vrouw-Waver, a las afueras de Malinas. Pese a tratarse de un internado para mujeres, los detalles de su arquitectura de estilo modernista pronto le hicieron hacerse un nombre como uno de los tesoros y lugares con más solera de toda la ciudad.

Y es que este internado femenino cuenta con una gran joya de reconocida belleza en su interior. El conocido como Jardín de Invierno, y que ya por si solo merece una visita. Y es que este pequeño jardín cubierto bajo grandes vidrieras policromadas recrea un espacio en el que uno siente la sensación de vivir una primavera permanente, lo visite en la época del año que lo visite, aunque eso si, para saborear la visita, hay que hacerlo cuando todavía el día tiene luz, pues la luz que entra por sus vidrieras y el color y destellos que recrean, tienen un papel fundamental en ese juego de sensaciones que el jardín de invierno produce a todo aquel que se acerca a visitarlo. Es tal la belleza del jardín de invierno de Malinas, que incluso ha sido declarado Monumento Protegido.

No es posible visitar el jardín de invierno de las ursulinas de forma libre, sino que hay que hacerlo mediante visitas guiadas en las que además de visitar el jardín de invierno, se conocen otras zonas del viejo internado femenino, como la Entrada del Imperio, el salón de los Alpes, el Refectorio de las Fuentes, la Galería del Piano o la Escalera de Honor, estancias todas ellas en las que no es difícil admirar la mezcla de estilos, observando como se van sucediendo y mezclando entre sí el arte modernista con el neogótico, el estilo nuevo imperio o el art déco.

A modo de consejo personal, además del ya citado Jardín de Invierno, no dejéis de disfrutar de la llamada Galería del Piano, un largo pasillo lleno de pequeños cuartos llenos de pianos.

Al encontrarse el Jardín de Invierno de las Ursulinas algo alejado del centro de Malinas, la mejor forma de llegar hasta aquí es cogiendo un autobús o incluso alquilando una bicicleta. Las visitas guiadas se hacen todos los domingos desde finales de Marzo hasta finales de Octubre a las 14,30 horas, y su precio es de 10 euros.

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