Villa Cavrois, un referente de la modernidad

Villa Cavrois es sin duda uno de los edificios emblemáticos del norte de Francia. Situada en la pequeña localidad de Croix, muy próxima a Roubaix, Villa Cavrois ha sido calificada como uno de los edificios de arquitectura moderna más importantes de Francia, y eso que se trata, de una casa familiar, algo que aún sorprende más.

Fue mandada construir por Paul Cavrois, un importante empresario de la industria textil del norte de Francia para vivir allí con su numerosa familia. Para su realización, no eligierona cualquiera, no, sino que confiaron sus sueños al arquitecto Robert Mallet-Stevens, quien ya era una aclamada figura de la escuela arquitectónica modernista de la época.

La construcción de Villa Cavrois comenzó en 1929, y está considerada como un trabajo de arquitectura total, es decir, un encargo mediante el cual la familia confía en el arquitecto la construcción y el diseño del edificio, de las habitaciones y del mobiliario. La obra de Villa Cavrois terminó en 1932.

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Villa Cavrois es un edificio de grandes dimensiones. Cuenta con una fachada de 60 metros de ancho, y la vivienda en su interior cuenta con un espacio habitable de 1800 metros cuadrados cuadrados.  Además de esto, el edificio cuenta en su parte superior con una gran terraza, con una superficie de 840 metros cuadrados.

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Pero pese al tamaño monumental del edificio, Villa Cavrois no destaca por su tamaño, sino por su color. Y es que todo el edificio está hecho con ladrillos de un color amarillento producidos especialmente para la villa, y que unido a las pequeñas franjas negras que los separan, logran crear un efecto de volumen.

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La villa, los jardines y el pequeño estanque con el que cuenta la propiedad forman un perfecto conjunto en el que destaca la buena organización espacial, basada en el trabajo de las proporciones y los volúmenes, y que hacen de Villa Cavrois, uno de las más famosas edificaciones de arquitectura moderna de toda Francia, en lo que a residencias privadas se refiere.

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En su interior, se conjuga la concepción clásica con la estética modernista, dotando a las distintas habitaciones de personalidad propia, aunque sin duda, yo me quedo con dos en especial. Por un lado, la cocina, amplia, muy luminosa y con grandes encimeras de baldosin blanco. Con distintos espacios delimitados para el personal de la cocina y para las comidas de la familia.

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Por otro lado, la conocida como la sala de fumadores, y que no dejaba de ser el cuarto privado del cabeza de familia, el señor Paul Cavrois, quien se encerraba aquí en soledad a leer, relajarse y fumar. Este cuarto no es el único lujo con el que disfrutaban en casa, ya que también contaban con otras comodidades como ascensor, teléfono o hilo musical en las habitaciones, un verdadero sueño para la época en la que nos encontramos, mediados de los años 30.

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Pero todos los sueños se acaban y este no es una excepción. En 1986 la casa queda vacía y abandonada a su suerte, y comienza a sufrir los efectos del paso del tiempo, el abandono y el vandalismo. Hasta que en 1990, y tras constituirse una asociación para lograr la conservación de este emblemático edificio, se logra que Villa Cavrois fuera reconocida como Monumento Histórico. Es entonces cuando comienza un plan para que la villa sea adquirida por el Estado francés para su posterior rehabilitación, algo que se consigue a comienzos de la década de los 2000. Unos años más tarde, ya en 2008, las obras para la rehabilitación y restauración de Villa Cavrois son una realidad. Y por fin el año pasado, Villa Cavrois abre sus puertas al público, ya restaurada y manteniendo su esencia de siempre, pues a la hora de amueblarla se han ceñido fielmente a los muebles de época con los que contaba la casa.

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Villa Cavrois se encuentra bastante cerca de algunas de las principales ciudades de Europa. No se tarda más de una hora en llegar hasta aquí desde ciudades como Londres o París, y son poco más de 30 los minutos que la separan de Bruselas. Abre sus puertas de 10,30 a 18,30 entre los meses de Junio y Octubre, y de 10,30 a 17,30 el resto del año. Por cierto, que la entrada para menores de 26 años es totalmente gratuita.

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