La segunda ciudad de Francia y capital de la región de Rhône-Alpes es una agradable sorpresa, ya que combina todos los servicios y la actividad de una gran ciudad con los atractivos y el encanto de las pequeñas ciudades francesas. Y todo sin dejar de lado su gastronomía, ámbito en el que Lyon se ha convertido en todo un referente gracias al chef Paul Bocuse. Tal vez estos detalles fuesen suficientes como para calificar a la ciudad como una de las ciudades más interesantes de Francia, pero es que además, Lyon tiene muchísimo más que ofrecer.
Lyon cuenta con más de 2000 años de historia a sus espaldas y un casco histórico de más de 500 hectáreas protegido por la UNESCO, con muestras de arquitectura y monumentos de diferentes estilos artísticos que dan buena prueba de la importancia que esta ciudad ha tenido a lo largo de la historia desde que ya por el año 43 a.C. fuera una de las colonias más destacadas de la antigua Galia.
De esta época se conservan los restos de dos magníficos teatros situados en lo alto de la colina de la Fourvière. El más grande de ellos llegaría a albergar a unos 10.000 espectadores en la antigua Lugdunum.
No es el único monumento que llama la atención en esta colina. La basílica de Notre Dame de Fourvière es un lugar clave para el culto mariano en la zona desde el siglo XII, aunque el edificio que vemos hoy data del siglo XIX. Su interior es impresionante, con las paredes cubiertas de mosaicos y dorados, y al exterior, una gran escultura dorada de la Virgen remata una de las cúpulas. No en vano, los lioneses se encomendaron a la Virgen en varios momentos a lo largo de la historia, por lo que se trata de una figura de culto de vital importancia.
Además, si el interior de la basílica no te ha impresionado, junto a ella hay un mirador desde el que se obtiene una de las mejores panorámicas de la ciudad atravesada por el Ródano y el Saona.
En la parte baja, el “Viejo Lyon” nos regala la que es, después de Venecia, el área renacentista más grande y mejor conservada de Europa. Por este motivo fue también el primer barrio francés que se puso bajo la protección de la Ley Malraux en 1954, la cual se creó para fomentar la conservación de barrios y conjuntos urbanos que como este, tienen un gran valor histórico-artístico. Por cierto, que con la Lyon Card es posible hacer un tour por el viejo Lyon totalmente gratuito.
El Vieux Lyon se extiende alrededor de la catedral de Saint Jean, centro del poder político y religioso durante la Edad Media y un buen ejemplo de la arquitectura gótica.
Para conocer esta zona lo mejor es callejear y poner en práctica ese refrán que dice “allá donde fueres haz lo que vieres”. Y es que los lioneses saben muy bien qué es eso de trabouler, que no es otra cosa que utilizar las traboules, unas calles secundarias que atraviesan los patios de los edificios renacentistas proporcionando a los habitantes de la ciudad más espacio para construir y al mismo tiempo poder abrir calles perpendiculares hasta el río.
Muchas de estas traboules están señalizadas, aunque otras son todo un secreto para los turistas ya que hay que entrar en los patios de las actuales viviendas. Eso sí, la mayoría esconden bonitos patios de los siglos XV y XVI con la característica torre que alberga una escalera de caracol y las galerías de arcos en los diferentes pisos.
Entre el Ródano y el Saona la Presqu’île es otra de las zonas históricas protegidas por la UNESCO en Lyon. Desde el barrio de la Croix Rousse donde se establecieron los artesanos de la seda, hasta el moderno distrito de la Confluence donde ambos ríos se unen, en esta área histórica se encuentra también la rue des Mercières, un lugar ideal para probar la gastronomía típica lionesa en uno de sus bouchons, y en sus alrededores, numerosas plazas que se abrieron a partir del siglo XVII, en plena época de expansión de la ciudad.
Como la place des Terreaux, que alberga el ayuntamiento y el Museo de Bellas Artes, uno de los más importantes del país; la place Bellecour, construida en honor al rey Luis XIV y donde se encuentra la oficina de turismo; o la place des Celestins, donde se encuentra el teatro del mismo nombre, y la cual tiene un especial encanto de noche. En esta zona, la iglesia de Saint Nizier es uno de los templos más destacados, y la rue de la Republique, una de las principales arterias comerciales de la ciudad.
También hay espacio para los niños en Lyon, ya que en el parque de la Tête d’Or, el pulmón verde de la ciudad, se puede disfrutar del aire libre a solo unos pasos del centro. Además de un jardín botánico o un jardín con más de 10 millones de rosas, hay un zoológico de acceso gratuito, donde los leones, las jirafas, lo osos o los chimpancés, entre otros, harán las delicias de los niños y los no tan niños.
Lyon es también la capital donde se inició el séptimo arte de manos de los hermanos Lumière allá por 1885. Como no podía ser de otra manera en esta ciudad hay un museo que recorre paso a paso los misterios del nacimiento del cine, y está situado en la rue du Premier Film, un nombre muy adecuado y que no deja lugar a dudas sobre donde nos encontramos.
Los amantes de la arquitectura contemporánea tiene una cita en el distrito de Part Dieu y la Confluence, y los de la gastronomía no se pueden ir de la ciudad sin comer en un bouchon o probar alguno de los dulces típicos como la tarte praline, el brioche praline, o las bugnes, auténticas delicias para los más golosos.
Por si esto fuera poco, Lyon es además la puerta de entrada a la región de Rhône-Alpes, una zona llena de encanto perfecta tanto para los que buscan realizar un viaje cultural, como para los amantes de la naturaleza.
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¡Ayyy! ¡Cuántos recuerdos de esa ciudad tan maravillosa!
Lo que más me fascinaron fueron los traboules, fue como convertirse en una chiquilla atravesando pasadizos y descubriendo «otra ciudad».
Pasé allí toda una semana grabando un reportaje y me encantó, la verdad. ¡Por cierto! Coincidí con su Fête des Lumières (en diciembre) y fue precioso. ¡Muy recomendado!
¡Un saludo! 🙂
Las traboules son una pasada, no solo por poder conocer los «secretos» del otro Lyon, sino porque te encuentras un montón de patios escondidos muy bonitos. Tengo pensado volver para conocer la Fête des Lumières, tiene que ser un espectáculo!!
La verdad es que Lyon era una gran desconocida para mí hasta que he leído tu entrada. Normalmente la pasaba de largo cuando miraba vuelos con Easyjet (que desde Barcelona son bastante baratos), pero está claro que vale muchísimo la pena! ¿Cuánto tiempo estuvisteis allí? ¿Crees que es una buena opción para hacer una escapada de fin de semana? Un saludo!
Lyon vale muchísimo la pena, para nosotros fue una grata sorpresa, nos encantó la ciudad, muy recomendable. Un fin de semana no está mal pero te tocará correr. Mejor si puedes pillar un puente de 3 días!!
El paisaje muy propio del lugar! 🙂
A nivel paisajístico la zona es chulísimo, en los alrededores empiezan los Alpes, y eso se nota! saludos
La semana que viene vamos a Francia, lástima de no pasar por Lyon ya que nos vamos a los Pirineos y no a los Alpes!, pero para próximos viajes con post como este vienen ganas de ir a esta ciudad!. Un saludo. Ju&D
Bueno, así tenéis ya una excusa para volver por allí! Lyon es muy chula, os recomiendo visitarla cuando podáis.