Castellón es una provincia llena de preciosos pueblos en los que poder pasar unos días sobre todo en la costa. Más que conocidas son las localidades de Peñíscola, Benicasim u Oropesa, pero sin duda, la joya escondida es Villafamés, un pueblo del interior que pude conocer en un viaje por diversos lugares de la provincia y que enseguida me robó el corazón.
Rondando los 2000 habitantes este pueblo de la sierra castellonense supone un paraje en el que solo se respira tranquilidad. Pasear por sus calles, parece como dar un salto hacia atrás en el tiempo. Entre el castillo, iglesias, cuevas y pinturas rupestres podrás pasar la mañana y con las vistas de sus alrededores estoy seguro que disfrutarás de lo lindo.
Situado en plena sierra de los Conteses, los habitantes de Villafamés han vivido mayoritariamente a lo largo de la historia de cultivar la tierra, especialmente de los campos de olivos, almendros, frutales y viñedos. Es posible visitar algunas bodegas en el pueblo y probar los vinos de la zona, como las bodegas de García Mayo, una de las más clásicas, pues la actual generación de propietarios siguen con la tradición de su bisabuelo.
La parte más bonita del pueblo la encontraremos tras sus murallas. Situado en la parte más alta de Villafamés, Este conjunto histórico artístico ha sido declarado bien de interés cultural. Iglesias, calles empedradas y unas vistas de escándalo son algunos de los alicientes con los que nos encontraremos en nuestro camino al castillo.
Uno de las primeras cosas que llaman la atención es la presencia de la gran roca. La roca grossa, sorprende tanto por su tamaño como por el hecho de que se mantenga estable dentro de un terreno con desnivel, algo que la ha hecho convertirse en otro de los atractivos del pueblo.
Subiendo un poco más, otra de las joyas del pueblo es la iglesia parroquial de la Asunción, una iglesia de finales del siglo XVI. Un buen lugar desde el cual pararse a contemplar las vistas del pueblo, a medio camino en el trayecto al castillo.
Tampoco hay que perderse la zona del abrigo del castillo, en la que es posible ver diversas pinturas rupestres, unas de las más interesantes de toda la Comunidad Autónoma.
Finalmente, y ya en la parte más alta encontramos el castillo, de origen árabe, y que ha tenido la mala fortuna de ser destruido en parte varias veces a lo largo de la historia. Es por eso por lo que nos encontramos un castillo bastante reformado en el que destaca su torre del homenaje de planta circular. Por cierto, que si las vistas desde la iglesia eran buenas, desde aquí son mejores aún.
Pero sin duda lo más sorprendente de este pueblo, es que cuenta con su propio museo de arte contemporáneo. Situado en el interior del palacio Batlle, un palacete típico del gótico valenciano, toma el nombre de Vicente Aguilera Cerni, crítico de arte y fundador del museo. Por 3 euros, son muchas y muy curiosas las distintas obras de arte contemporáneo que se pueden admirar.
¿Lo mejor? Sin duda el poder deambular sin rumbo fijo, perdiéndose por esas calles por las que parece no querer pasar el tiempo, y disfrutar de una tranquilidad, difícil de encontrar por otros sitios.
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Me encantan esos pueblos donde lo mejor es perderse y disfrutar de las calles. Tiene muy buena pinta Villafamés, no lo conocía 🙂 Pero tomo nota para remediarlo. Un abrazo!
Apúntatelo porque es una joyita! Yo tengo ganas de volver por allí, vale la pena!
No conocía este bonito pueblo, y veo que realmente merece la pena. Me ha impresionado la roca grossa, es increible, pensé que era un efecto de la foto.
Tomo buena nota! Un saludo
Villafamés es un acierto seguro, ya lo verás! Lo de la roca es alucinante, como a pesar de su tamaño y peso, se ha quedado enclavada y no se mueve. Saludos