Dinant es posiblemente uno de los rincones más bonitos que Bélgica nos ofrece. Mucho menos conocida que otras ciudades, Dinant presenta una estampa majestuosa, mezcla de elementos como tierra, agua, cielo o roca, mostrando una escena preciosa.
Dinant, era uno de mis objetivos desde que leí acerca de ella y sobre todo desde que pude ver algunas fotos. Cogimos el tren en la estación de Bruxelles-Shuman, y en algo más de una hora nos plantamos en Dinant. La ciudad cumplía con todas mis expectativas, pero el día lluvioso que salió no ayudó a contemplar toda su belleza.
La imagen del río, con la iglésia y la fortaleza arriba es la más característica de la ciudad. A la fortaleza, se puede subir por 7 euros, y te incluye una visita guiada y la posibilidad de subir en teleférico. Nunca había estado en un teleférico, así que decidí probarlo, y ahorrarme el subir andando la montaña. La experiencia fue buena, aunque nos daba un poco de cosa el hecho de ir sólos en el teleférico, y lo que se movía a causa del fuerte viento que sòplaba. Intenté distraerme mientras subíamos sacando algunas fotos de la ciudad.
Además de esto, resulta que en Dinant, nació Adolphe Sax, inventor del saxofón, así que se puede ver su casa, en la calle que lleva su nombre, y fácilmente reconocible por una escultura de él mismo sentado en un banco en la puerta de su casa. Esta es otra típica foto que no os podéis dejar si vais a Dinant. En la ciudad se pueden ver monumentos que recuerdan a Sax y su invento.Una vez arriba accedimos a la fortaleza y buscamos el grupo de las visitas guiadas. Las visitas son en francés y neerlandés, y la verdad son bastante completas y con mucho detalle, y lo más importante, fáciles de digerir. Creerme cuando digo que no soy yo amigo de las visitas guiadas, pero he de reconocer que estuvo muy bien.
También podemos ver en Dinant, la famosa abadía de Leffe, dónde elaboran la cerveza de ese mismo nombre. En esta abadía existe la posibilidad de hacer visitas guiadas totalmente gratuitas, y encima, con una pequeña degustación.
Finalmente, y antes de volvernos a Bruselas, decidimos comprar y probar unos dulces típicos de allí bastante famosos. Las galletas «couques«. Las hay de diversas formas. Decidimos comprar dos galletas, eso sí, de gran tamaño, por el precio de 7,5 euros. Lo sé, me duele sólo de recordarlo….. pero un día es un día……..como dicen por ahí…
Las galletas me parecieron demasiado pastosas, y la verdad que no me gustaron demasiado, pero bueno…. aún así, la escapada fue increíble. Muy recomendable.
Hay empresas que ofrecen excursiones a Dinant. Si estás interesado en conocer esta bellísima localidad, te recomiendo esta excursión desde Bruselas, que es guiada en español, donde además de conocer la bonita Dinant, conocerás también el diminuto país de Luxemburgo.
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