Pocos sitios hay tan mágicos como la Costa de Ópalo, un regalo de la naturaleza en la que disfrutar de salvajes paisajes con espectaculares formaciones. Entre Dunkerque y la bahía de Somme, la costa de Ópalo ofrece durante algo más de 200 km una mezcla de acantilados, dunas, campos de flores y pequeñas localidades llenas de encanto en un entorno único que además, está lleno de historia, pues la zona, frontera marítima con Inglaterra, ha sido telón de fondo a lo largo de algunas batallas durante la primera y la segunda guerra mundial.
Se dice que el nombre de la costa de Ópalo es debido a que numerosos pintores impresionistas quedaron prendados por la luz del lugar, la cual era muy cambiante debido a los reflejo que las rocas blancas de los acantilados. Una delicia para la vista que tiene su emblema en los dos cabos que visten el paso de Calais, el Cabo de Blanc-Nez y el cabo de Gris-Nez, dos de los puntos desde los que puede llegarse a ver las costas de Inglaterra si el día sale despejado.
En lo alto, coronando el cabo de Blanc-Nez, un obelisco recuerda a los marineros muertos pertenecientes a la conocida como «Patrulla de Dover». Y es que, durante la primera guerra mundial, el paso de Calais fue un punto importante de vigilancia de las tropas aliadas sobre las tropas alemanas.
Los marineros pertenecientes a la patrulla de Dover, eran los encargados de navegar las aguas protegiendo a las pequeñas embarcaciones que cruzaban entre ambos países, al tiempo que buscaban y desactivaban las numerosas minas que los barcos alemanes dejaban en las aguas. Debido a ello, fueron más de 2000 las personas que se dejaron la vida en estas aguas, la mayoría a consecuencia de la explosión de una de estas minas.
También durante la segunda guerra mundial, las tropas alemanas instalaron en el cabo Blanc-Nez distintas antenas y radares para controlar a las tropas enemigas, siendo la costa de Ópalo un punto de gran importancia estratégica.
La zona, invita a descansar y relajarse, y es un sitio perfecto para estar en contacto con la naturaleza. Son muchas las actividades que pueden hacerse por aquí, como golf, ciclismo (el Tour de Francia ha pasado en muchas ediciones por esta costa) o senderismo. Además, la costa de Ópalo está llena de pequeños pueblos llenos de encanto como Le Portel, Wissant, Wimereux o Hardelot.
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Ohhh que bonitoooo, me han encantado las fotos y el lugar más, con lo que ami me gusta Francia!!!
Esa zona nos queda sin recorrer, bueno y algunas más, así que lo apunto en mis notas.
Un abrazo y feliz verano!
Carmen
La zona es preciosa y llena de historia! Apúntala bien porque vale muchísimo la pena! Un saludo!!