Ésta es la penúltima carta que escribo desde Harlow y el motivo no es otro que el final de esta aventura. Esto se acaba, el 2 de Septiembre regresamos a España y ponemos punto y final a nuestra experiencia como workawayers por tierras inglesas.

Como podéis imaginar el tiempo libre que tenemos lo intentamos aprovechar al máximo, y más ahora, donde cada vez quedan menos días,  por lo que el quedarnos en casa y el vaguear se acabó. Ahora ya no hay excusa que valga y siempre salimos a conocer algo, como debe de ser.

Estas últimas semanas por aquí han sido intensas. Primero, con la ola de calor que azotó el país y a la que tan poco acostumbrados están por estas tierras, aunque eso si, en nuestro caso estábamos bien preparados, con la piscina del jardín abierta y la barbacoa funcionando a todo trapo. Así si se llevan bien los calores. !Hasta tres barbacoas llegamos a tener en la misma semana!. Por cierto, que una de ellas fue para celebrar el cumpleaños de Keith, mi ex-vecino el galés, aquel con el que tomaba las cervezas. Y si, digo ex-vecino porque se mudó hace unos días a una casa con más jardín, aunque no muy lejos de aquí, por lo que llegado su cumpleaños pasó a invitarnos a su fiesta. Y no solo a su fiesta nos invitó, sino que una vez allí recibimos una invitación formal por su parte para alojarnos en su casa y visitarlo siempre que queramos, cosa que es de agradecer. De momento, aún tenemos pendientes unas últimas cervezas para decir adiós.

En cuanto a escapadas, hemos continuado bajando a Londres todas las semanas. Mira que es complicado conocer bien Londres y sin embargo, creemos que tenemos Londres recorrida de cabo a rabo, con todo lo que hemos ido recorriendo anteriormente y lo que tenemos planificado para los próximos días. En estas últimas escapadas hemos completado la ruta Beatle, recorriendo aquellos lugares de Londres donde esta banda dejó huella, hemos visitado el meridiano cero en Greenwich, e incluso nos hemos pateado las calles para acercarnos a visitar algunas de las casas más famosas de la ciudad. Pero además de estas visitas «frikis», hemos sacado tiempo para visitas a museos como la Tate Britain, el Imperial War Museum o el gigantesco Museo Británico.

Pero es que además de Londres y Greenwich, estos últimos días también nos hemos acercado hasta Oxford y Norwich, dos ciudades que nos han transmitido sensaciones muy distintas. Oxford no nos terminó de convencer demasiado, quizá la gran cantidad de turistas que había movidos por la fama de sus universidades no ayudó mucho, aunque reconozco que bonita, es.

Norwich en cambio, es una ciudad de la que no nos hablaron demasiado bien antes de ir, y que al final nos encantó. Tiene un casco antiguo medieval lleno de pequeñas callejuelas empedradas y multitud de iglesias a cada cual más bonita, un castillo, un pequeño río lleno de puentes y lo mejor de todo, es que hay muy pocos turistas, cosa que agradecimos bastante tras el agobio de Oxford. Muy muy recomendable esta ciudad, la verdad.

Y en cuanto a la casa y mis queridos jardines, estas semanas han sido de darle caña a lo setos, cortándolos y dándoles forma cual Eduardo Manostijeras. Y a pesar de que nunca se me han dado bien las manualidades he de decir que han quedado geniales. Tanto, que incluso he recibido varias felicitaciones. Por cierto, que resulta que los árboles de los jardines son frutales por lo que empezamos a tener peras y manzanas en cantidades industriales. Además le estoy metiendo horas a la huerta, y si todo va bien antes de volver probaremos nuestras propias lechugas. No solo inglés estoy aprendiendo, sino que tengo ya un máster en jardinería.

Tan contentos están con nosotros en la casa que incluso le han puesto nuestros nombres a las nuevas gallinas que han comprado. Jorge, al gallo, y Verónica y Chantal (la chica alemana que estuvo aquí conmigo de workawayer hace un par de meses) a las gallinas.

Y así entre jardines, animales, escapadas y cervezas se pasan los días y a pesar de que ya no nos quedan muchos, sí que tenemos aún varios planes por cumplir. El primero de ellos es escaparnos tres días a Londres a un apartamento que nos han prestado y visitar algunas atracciones que aún nos quedan por ver haciendo uso de las London Pass.

Y hasta aquí lo que ha dado de sí estas semanas. La próxima carta será ya la última, ya casi casi entonando nuestra vuelta a España (y que salga el sol por donde quiera).

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