Timado en un viaje. 10 experiencias con timos en los viajes.

El otro día durante mi viaje a París, viví en primera persona un intento de timo. Y digo intento, porque lo que me contó aquel tipo me sonó tan raro que enseguida empecé a sospechar de que se trataba de un vulgar timo a un turista despistado, algo que por desgracia, suele ocurrir con bastante frecuencia. Y es que los timos en los viajes, no solo ocurren en París, como me ocurrió a mi, sino en todas las partes del mundo.

Ese intento fallido de timo, me dio una idea para escribir acerca de los principales timos en los viajes, y como por suerte yo no he vivido en persona muchos de ellos, he decidido pedir ayuda a otros bloggers de viajes, que debido a que viajan también con bastante asiduidad, se han visto al igual que yo alguna vez en alguna situación de estas. Y esto es lo que me han contado… aquí van algunos de los principales timos en los viajes. Así que ¡ojo con estas cosas cuando viajes por ahí!.

-Inma GregorioA world to travel

Para el viajero poco experimentado o que nunca ha pisado Sudáfrica, no siempre es fácil discernir los taxis verdaderos de los falsos.

De noche y en calles transitadas del centro de las ciudades más importantes como pueden ser Durban, Johannesburgo o Ciudad del Cabo; encontrarse con únicamente taxis falsos en un momento dado no es algo descabellado.

Son muchos los que sitúan en varios puntos del vehículo un imán serigrafiado e intentan hacerse pasar por taxis pero, evidentemente, no lo son. Para asegurarse, no hay como instalar UBER o pre contratar el taxi a través de una compañía con buena reputación online o por teléfono. Te ahorrarás disgustos. Descubre aquí todo lo que necesitas conocer antes de viajar a Sudáfrica.

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-Edith-Mi viajar

Cuando vivíamos en las Islas Comoras, un día se acercó un hombre al trabajo de mi esposo, tenía cara de sufrimiento y nos saludó como si nos conociera de hace tiempos, aseguró ser vecino nuestro, de hecho sabía con exactitud cuál era nuestra dirección.
Después de ganarse nuestra confianza, nos envolvió en una historia donde aparentemente un familiar suyo había fallecido y no tenían el dinero para la sepultura. Suplicó que le ayudáramos prestandole algunos francos comorianos.
A pesar de dudarlo mucho, conocíamos de cerca las tantas carencias de los habitantes de la isla, así que finalmente accedimos a darle a aquel hombre el equivalente a 20 euros. Evidentemente nunca más volvimos a saber de él y cuando lo preguntamos en nuestro barrio, nadie lo conocía.
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-Javier Godinez-Vivir para viajar

“Estás distraído mirando la Torre Eiffel. De repente te percatas de que hay un grupo de gente concentrada en algo a una orilla del Champ de Mars. Te acercas curioso, y ves que están jugando al juego de los vasos. Ese en el que tienes que encontrar la pelota en uno de los 3 vasos que cambian de posición rápidamente. Y ves que están apostando: 50€ la partida. La mujer de tu derecha, después de haber estado varios minutos pensándolo, se arriesga y apuesta. Gana a la primera. Lo intenta de nuevo. Vuelve a ganar. Prueba su suerte una vez más y gana. A la cuarta no tiene tanta suerte, pierde y decide retirarse. Ha ganado 100€ en unos minutos. Varias personas juegan a continuación. Y casi todos salen ganando.

Sientes que es tu turno. Pones los 50€ de la partida y eliges el vaso que crees correcto. No aciertas. Piensas que quizás no has prestado suficiente atención. Vuelves a jugar. Pierdes de nuevo. Te sientes nervioso. No puede ser. Lo intentas de nuevo. Pierdes y te retiras. Va a ser un día muy caro en la capital francesa. Decides continuar caminando hacía la Torre Eiffel mientras maldices tu despiste o mala suerte.

De lo que no te das cuenta es que poco después de que te vayas, prácticamente todas las personas del grupo caminan hacia direcciones opuestas. Pero se vuelven a encontrar minutos más tarde en otro punto del parque. Y vuelven a jugar tranquilamente esperando que otro turista como tú sienta curiosidad, piense que es dinero fácil, y pierda unos cuantos euros. Así funcionan los trileros de París. En el tiempo que viví ahí, los seguí, desde la distancia, en alguna ocasión.”

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-Eva Abal- Una idea, un viaje

Hace apenas un mes llegamos en nuestro coche de alquiler a Bucarest, en la ruta que estábamos haciendo por Rumanía. Contrariamente a lo que pensábamos, encontramos muy fácilmente un sitio para aparcar, en pleno centro y a 100 metros de nuestro alojamiento. Muy amablemente, un «gorrilla» (al menos así se les conoce en España) nos dio indicaciones para aparcar y ahí le soltamos 2 leu (unos 50 céntimos, porque íbamos a dejar varios días el coche allí y no queríamos que le pasase nada). Al salir del coche nos dimos cuenta de que era una especie de «zona azul» y había un cartel indicando unos precios y horarios, pero no había máquina para pagar, todo bastante raro… Decidimos que preguntaríamos en el hostel. Así que cogimos las mochilas y cuando nos íbamos a marchar aparece otro tipo indicando que él es el cobrador (un tío apestando a alcohol y que, la verdad, nos daba poca credibilidad). Nos dijo que era el vigilante pero que había estado en su hora de descanso (claro, y casualmente salía del bar oliendo a alcohol…). Por un momento pensé que era cierto, pero cuando nos pidió 3€ por hora y nos indicó que teníamos que darle para toda la noche dije… ¿Pero qué leches? Jajaja, si la zona azul normalmente no se paga por la noche. Entonces le contestamos que no íbamos a pagar y que en todo caso llamaríamos a la policía para preguntar. Lo cierto es que no insistió demasiado. Creo que se dio cuenta rápido de que no habíamos picado. Preguntando en el hostel nos indicaron que volviésemos por allí al día siguiente y buscásemos a alguien con uniforme. Tal cual. Allí estaba un señor con su gorra y traje oficial, al que le pagamos por los días que íbamos a estar (¡¡6€ por 3 días!!) y listo. Un sistema un tanto raro porque mientras no te encuentres con ese hombre, no hay manera de pagar… Conclusión: si vais a aparcar vuestro coche en Bucarest no os dejéis embaucar por quien no da ticket! Esta guía os ayudará en la capital rumana.

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-Claudia Campos-Los viajes de Claudia

Hace unos años estaba paseando en París por la zona de Montmartre cuando sufrí en mis propias carnes el famoso «timo del futbolista» (aunque prácticamente es un hurto envuelto en juego).

El timo en cuestión es aquel en el que un desconocido se acerca a ti y bromea haciendo como que está jugando con los pies chutando un balón invisible. Cada vez está más próximo y hace como que te roba el balón metiendo un pie entre los tuyos.  Cuando te quieres dar cuenta ha pasado a la segunda fase: dedo pinza y metiéndola que anda en uno de tus bolsillos (muchas veces vienen observándote de lejos y ven en las tiendas dónde has guardado el dinero).

Por suerte nosotros nos dimos cuenta del momento pinza y le gritamos y empujamos y se fue corriendo sin llevarse nada, pero por los pelos porque te distrae con la maniobra y no piensas que está intentando robarte.

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-Irene SomozaMundo Turístico

Mafias y timos en Pura Besakih

Pura Besakih es uno de los templos más importantes de Bali y su visita merece mucho la pena. Por eso, las mafias se intentan aprovechar del turista. ¿Cómo? Contándole que están obligados a pagar un guía por visitar el templo, después de que ya hayan pagado la entrada. No debéis hacerles caso y aunque os impidan la entrada gestualmente, ir por un lateral y esquivarlos. Pueden resultar hasta un poco agresivos, pero se debe mantener la paciencia. Aunque parece sencillo mucha gente cae porque se lo cree y no está prevenido. ¡La información es poder!

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-José Lopez y Gloria Lanchas- El viaje me hizo a mí

Nuestro timo fue prácticamente el timo de la estampita. Llegamos a un alojamiento que habíamos reservado en Booking. Era la noche de fin de año en Chefchaouen y no queríamos quedarnos sin nada. Una vez que hicimos el check-in todo estaba correcto. Pagamos en efectivo tal y como se indicaba y nos fuimos tranquilamente a la habitación.

Reservamos por dos noches y al llegar al alojamiento la segunda de ellas la habitación estaba sin arreglar. No entendimos que fuese lógico por el dinero que habíamos pagado y protestamos. El hombre nos respondió de muy mala forma que eso era lo normal y que si queríamos mandaba inmediatamente a alguien. Queríamos descansar ya y finalmente le dijimos que no.

El resultado fue que una vez nos marchamos del establecimiento el gerente como venganza (o ya lo pensaba hacer) nos pasó la tarjeta de crédito por lo que terminamos pagando dos veces. La respuesta de Booking fue que sin factura no había nada que hacer y que como detalle nos regalaban 25€…

Seguimos siendo confiados cuando viajamos, es la primera vez que nos timan tanto dinero, y más de una forma tan tonta. Por nuestra experiencia Marruecos es un país que siempre te trata genial en ese sentido, en contra de lo que pueda parecer a priori… Eso sí, desde aquel día siempre pedimos la factura aunque lo vean ridículo y se enfaden.

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-Rebeca- Viajeros 3.0

Mojitos con final de amargo en la Habana

Es bien sabida la picaresca cubana. El gobierno se lo pone muy difícil y ellos tienen que salir adelante con todas las artimañas que se les pase por la imagnación. Unas más honradas (la mayoría) y otras muy cuestionables… Eso lo tenía muy claro y el grupo de amigas con el que visité Cuba hace ya unos años también.

En esas andábamos cuando entablamos conversación con una joven pareja en el centro de La Habana. Ambos muy simpáticos y amables. Conversación que se trasladó a un bar que nos recomendaron para tomar unos mojitos y cubalibres. Sabíamos que la cuenta la íbamos a pagar nosotras pero no nos importó. La tarde transcurrió entre risas y conversaciones interesantes sobre el país y su día a sía en La Habana. Llegó el momento de la despedida y de aflojar la pasta. Cuando el camarero me dijo el importe total casi se me salen los ojos de las órbitas. Era una cantidad totalmente desproporcionada. Lo que viene a ser un timo en toda regla. Fue en ese momento cuando nos dimos cuenta de que el camarero estaba compinchado con nuestros nuevos «amigos» habaneros. Sin ganas de discutir pagué la cuenta y nos marchamos de allí con muy mal sabor de boca. No tanto por el engaño sino por el sentimiento de que iba a ser difícil fiarse de un cubano en lo que nos quedaba de viaje. Afortunadamente no fue así. Eso sí, la «simpática» pareja no desaprovechó la despedida para pedirnos más dinero con una excusa que ya no recuerdo o que he preferido olvidar…

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-Javier Viqué El mundo de Magec

Este timo es uno de los clásicos de Bangkok, el de los templos cerrados. No era mi primera vez en Bangkok y ya lo conocía, así que cuando lo detecte me permití el lujo de seguirle un rato el juego, total no tenia prisa por ir a ningún sitio.

Yendo a coger el ferry a Río Chao Phraya se nos acerco un hombre -estaba viajando en familia con mi hijo que por aquella época tenía tres años- y en un perfecto inglés empezó a decirnos que le encantaban los niños, que el era profesor, que tenía no se cuantos hijos … llevándonos a su terreno para que bajásemos la guardia. En medio de la conversación llega la pregunta que da pie a iniciar el timo. El diálogo, aunque resumido, fue más o menos así:

Timador: ¿A dónde vais ahora?

Yo: Al Wat Po (Templo del Buda Reclinado).

Timador: ¡Ohhh!  Que pena, está cerrado. Y el Palacio Real también, hoy es día de ordenación de novicios.

Yo: (Ya me lo estaba viendo venir) Pues si, una lástima, entonces nos vamos al Wat Arun.

Timador: Está en obras (esto era cierto, siempre está en obras).

Yo, para seguirle más el juego: ¿Y qué podemos hacer?

Timador: Os puedo parar un tuk tuk y os lleva a ver otros templos por la ciudad.

Yo: Queríamos navegar por el río.

Timador: Ahh!! Pues a ver los mercados flotantes. Os acompaño y paramos una embarcación y os lleva.

Yo: (Un poco ya aburrido) Lo de los mercados no nos apetece mucho, creo que cogemos el ferry y nos vamos a Chinatown.

Timador: Está bien, os acompaño igualmente para ayudarnos a coger la embarcación adecuada.

Yo: (cortando ya la situación) No hace falta que se moleste, no es mi primera vez en la ciudad, se que tengo que coger el ferry de bandera naranja que cuesta 14 baths, ya se como va toooodo (recalcando mucho el todo, para que le quedase claro).

Ahí ya fue cuando el amable profesor al que le encantaban los niños le cambio la cara y el tono y me acuso de llevar hablando con él casi 10 minutos haciéndole perder el tiempo, a lo que yo con mi mejor sonrisa y un tono muy suave (no hay que levantarle la voz nunca a un thai porque se considera una gran ofensa y ahí si te puedes ver en un lío) le dije que creía que se equivocaba, que quizás era al revés y nos fuimos.

Al final cogimos el ferry, por 14 baths, y paramos en el Wat Po que lógicamente no estaba cerrado. Al final si te dejas liar, no es un timo excesivamente grave tampoco, te tendrán de paseo por la ciudad o el río, visitando cosas que seguramente no tengan un gran interés y pagando más de lo que toca. Aunque tampoco nada desorbitado comparado con otra serie de timos que hay por el mundo.

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-Xipo-En el mundo perdido

Pues como comentaba al principio de esta entrada, yo tampoco me he librado de intentar ser timado. La última fue en el metro de París, cuando intentaba sacar los billetes del RER para ir a Disneylandia.

En este caso, se nos acercó un tipo bien vestido que muy amablemente se ofreció a ayudarnos a comprar los billetes en la máquina, como si un trabajador del metro se tratase.  No me preguntéis como lo hizo, pero tras seleccionar los billetes que me hacían falta según él (eran dos de día completo a una zona lejana que salía por 76 euros los dos), la máquina no nos permitía pagarlo con tarjeta, por lo cual el chico nos dijo que tenia que ser en efectivo, y en monedas. Y claro… 76 euros en monedas pues como que no teníamos. La solución que nos dio, fue que no nos preocupáramos, que el lo pagaba con una tarjeta que tenía y que le diéramos el dinero a él y ya estaba. Mientras nos llevaba a otra máquina, vimos una que admitía billetes y al decirle que ibamos a meter el dinero ahí, nos dijo que esa máquina solo aceptaba billetes de 5 euros y que no podía ser. Eso ya nos terminó de convencer que olía a tufo que tiraba para atrás el asunto. Y efectivamente, el tío nos intentó dar dos billetes solo de ida y de esos de tarifa reducida, por los 76 euros. Al decirle que no, que era uno reducido de solo ida el tio desapareció y nosotros encontramos una ventanilla donde compramos nuestros billetes (a un precio por cierto, inferior al que nos había dicho el tio). Al comentarle a la chica de la ventanilla lo que nos había pasado, efectivamente, nos confirmó que se trataba de un vulgar timo a turistas, y llamó a seguridad.

La foto que adjunto, es precisamente de él, justo en el momento que nos estaba vendiendo la moto, y aunque él no lo sabía, ya lo teníamos cazado. 🙂

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2 Responses to Timado en un viaje. 10 experiencias con timos en los viajes.

  1. Jose Lop dijo:

    La verdad es que es increíble como se las ingenia la gente para sacarte el dinero… Hay que estar prevenido para que no te la peguen aunque yo pienso que tampoco hay que darle más vueltas. Alguna vez seguro que nos acaba tocando a todos.

    Encantados de haber participado, ha quedado muy chulo!!!

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