Es un museo  pero no está en un edificio, es un trozo de historia pero no está encerrado en una vitrina, es un vehículo pero ahora mismo no se utiliza como tal y está en Londres. Sumando todas esas pistas solo podemos estar hablando de un lugar, un museo flotante anclado en las orillas del Támesis y muy cerca de Tower Bridge, el HMS Belfast.

Se trata de una de las partes que conforman el Imperial War Museum de Londres, este buque insignia de Armada Naval Británica fue mandado construir en 1936 y fletado por primera vez en 1939, para formar parte del bloqueo naval británico a Alemania en los albores de la Segunda Guerra Mundial.

Tras resultar dañado fue reparado y mejorado con una mayor potencia de fuego, para volver a la acción en 1942, escoltando convoyes de la Unión Soviética hacia el Ártico y con un papel importante en la Batalla del Cabo Norte. Pero, sin duda, el acontecimiento histórico más importante que vivió este buque fue durante la Operación Overlod, en junio de 1944 apoyando las operaciones del famoso desembarco de Normandía, una de las acciones más decisivas para poner fin a la Segunda Guerra Mundial. Después, se unió a la flota británica en el Pacífico y participó en la Guerra de Corea.

Desde 1967 se ha intentado proteger para evitar su despiece y en 1971 se abrió al público como museo.

Con toda esta historia a sus espaldas, nos pareció un lugar digno de ser visitado y no nos equivocábamos. En pocas ocasiones se tiene la oportunidad de descubrir todos los entresijos, sala de máquinas y calderas incluidas, de un buque de estas características. Además a través de las distintas salas y dependencias conocemos, mediante las explicaciones de la audioguía, incluida en la entrada, no solo la historia de este barco, sino también el modo de vida y las costumbres de la tripulación, todo perfectamente ambientado con dioramas, figuras y material auténtico de la época, pero también fuentes documentales, ya que en  la audioguía se ofrecen cartas de alguno de los miembros de la tripulación, vivencias y anécdotas que nos llevan casi casi a viajar en el tiempo a los años 40 y sentirnos como parte de la tripulación.

Además de ser muy entretenida y educativa, te permite conocer en primera persona la sensación de vivir en un barco de guerra de la II Guerra Mundial. Por cierto, que la entrada, con audioguía gratuita, está incluida en la London Pass.

En resumen, la del HMS Belfast resulta ser una visita totalmente recomendable, amena y didáctica para conocer un poco más sobre la historia de Gran Bretaña. A nosotros nos gustó mucho y creemos que es uno de esos sitios de Londres que merece la pena visitar.

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