Segundo día en Albacete, día con permanente lluvia que pese a todo no hacía que cambiáramos nuestra agenda prevista. Hoy saldríamos de Albacete ciudad para acercarnos a conocer algunos de los rincones que esconde la provincia.

Nuestra primera parada era la localidad de Ayna, la suiza manchega como se la conoce popularmente. Un pequeño municipio de 800 habitantes enclavado en un paraje montañoso que saltó a la fama gracias a la película de Jose Luis Cuerda «Amanece, que no es poco», película considerada de culto y rodada en su mayoría en esta localidad.

Además de los escenarios de la película, de los que tengo pensado hablar en una entrada específica, lo que más me gustó de Ayna fue su entorno rural. Nunca hubiera imaginado que Albacete escondía esos paisajes, siempre había imaginado Albacete llano, y es cierto que cuando descubres aquello sorprende, y bastante.

La visita a Ayna duró varias horas y en ella además de poder disfrutar de los distintos escenarios que hay por el pueblo (la escuela, la calabaza, los bancales, la casa de Nge Ndomo…), también pudimos saborear el encanto del propio pueblo. Calles empedradas, cuestas hacia todos los lados, la iglesia de Nuestra Señora de lo Alto, el castillo de la Yedra (castillo musulmán del siglo XIII)  la cueva de los moros y sobretodo el entorno verde y montañoso que ofrecen los alrededores. Además Ayna cuenta con un centro de interpretación de la película donde poder descubrir curiosidades del rodaje.

Antes de despedirnos definitivamente de Ayna nos acercamos a conocer a cascada del arroyo de la Toba, en las proximidades del pueblo. Por cierto, una curiosidad sobre Ayna es que aquí se grabó el mítico vídeo de «Se va el chaval, se va por el barranquillo», un clásico de los vídeos de humor de España y que ganó el primer premio en el programa Vídeos de 1ª del gran Alfonso Arús. Supongo que lo recuerdan…

Tras Ayna nuestra siguiente parada era el nacimiento del río Mundo, en la zona de Riópar. En un reciente estudio el nacimiento del río Mundo ha sido elegido como una de las siete maravillas rurales de España, y la verdad es que tiene motivos de sobra para ello. Es sorprendente el entorno natural en el que nace: montaña y bosque más propio de los Picos de Europa que de esta zona. Y también es sorprendente de la manera en que nace: A través de una roca va saliendo el agua. La roca tiene el efecto de un «queso gruyère«, absorbiendo el agua y dejándola salir por sus agujeros lentamente. Cuando se acumula demasiada cantidad en el interior de la roca, ésta rompe fuertemente dejando salir el agua a borbotones.

Tras la visita nos dirigimos a Villaverde de Guadalimar. Allí comeríamos en el restaurante «Las Salegas de Maguillo». Un entrante de pimientos, queso frito, ensalada de granada y una olla con judías y su correspondiente acompañamiento fue el menú para coger fuerzas. Tras la comida visitamos el complejo de turismo rural que hay y en el que es posible quedarse a disfrutar de la zona y más tarde  fuimos  a realizar la actividad de la tarde, consistente en una excursión en 4×4 por la zona, pasando por Cotillas y llegando hasta Arroyofrío, otro rinconcito que merece mucho la pena y en el que los colores del otoño se funden con las cascadas creando una atmósfera mágica. Además y por casualidad, pudimos contemplar por la zona alguna salamandra ibérica, cada vez más difíciles de encontrar debido a que están al borde de la extinción.

Al caer la tarde volvimos a nuestro hotel de Albacete con el tiempo justo para arreglarse para salir a cenar. Esta vez el restaurante elegido era el «Callejón de los gatos», en pleno centro de la ciudad. Un restaurante con ambiente y decorados taurinos por el que se deja ver de vez en cuando algún famosete que visita la ciudad. Para no variar, comimos de lujo, probando algunos de los platos de caza de la zona, como la ensalada de perdiz escabechada, cordero asado o lomo de orza. Estaba todo buenísimo.

Tras la cena y por el hecho de ser sábado nos acercamos a la zona de marcha de la ciudad a tomar unas copas. Los bares estaban llenos hasta la bandera a pesar de la lluvia que caía sobre Albacete. No me quiero imaginar como estarán un día que el tiempo acompañe. Cubateamos en el Barocci, uno de los principales locales de la noche albaceteña. A pesar del buen ambiente del local, decidimos irnos no muy tarde al hotel, que no a la cama…

El segundo día del #ABexperience fue de lo más entretenido. Una mañana de película en la localidad de Ayna, y las visitas al nacimiento del río Mundo, Villaverde, Cotillas y Arroyofrío convirtieron nuestro segundo día en un día perfecto para los amantes del turismo rural.

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