Aprovechando unos días de vacaciones y la proximidad (relativa) a la que nos encontrábamos, decidimos hacer una pequeña ruta por Westfalia, concretamente a Colonia y Aachen. Pero lo que era una pequeña escapada se convirtió en un fantástico viaje por toda la región, el cual nos llevó a ciudades como Dortmund, Münster, Bonn o Dusseldorf.

Establecimos nuestro pequeño cuartel general en Colonia, punto intermedio de nuestro viaje, en un pequeño hostel a buen precio aunque no demasiado céntrico. (30 minutos hasta la catedral andando) La ventaja que nos ofrecía este hostel era, aparte de su buen precio, que nos incluian el desayuno y nos regalaban bolsas de pasta para poder hacernos algo de cenar alli mismo.

Una vez establecidos y con todo el día por delante comenzamos a visitar la ciudad. Nos dirigimos al centro de la ciudad, hacia su famosa catedral neogótica, patrimonio de la humanidad y el monumento más visitado de Alemania, en torno a la cual se mueve todo.

Visitamos la catedral y en su interior pudimos ver la tumba de los Reyes Magos. Para quien no lo sepa, los restos de sus majestades están repartidos entre dos ciudades. Una parte están aquí, en Colonia, y la otra está en Milán. La verdad es que queda pendiente escribir un post sólo sobre la catedral y la tumba de los Reyes Magos.

Después de ver la catedral, dimos un gran paseo por la ribera del río Rhin, el cual pasa a los pies de la catedral, viendo y disfrutando de su multitud de iglésias románicas, como Santa María del Capitolio, otra obra de arte, y del ambiente de sus pequeñas calles peatonales del centro de la ciudad, y de sus inmensos parques y plazas.

Las calles peatonales del centro, están llenas de pequeños restaurantes alemanes, cervecerías y puestos de salchichas. Nosotros, gastrónomos aficionados, no dejamos pasar la oportunidad.

Esta vez probamos la cerveza típica del lugar, la «Gaffel Kölsch» y un pequeño bocadillo de salchichas de esos que no engordan nada, llamado «Bratwurstschnecke» (2.50 euros) La verdad es que creo que después de intentar pronunciarlo unas cuantas veces, acabamos pidiendo «uno de estos».

Después de la magnífica cena alemana, volvimos hacia nuestro hostel, puesto que al día siguiente tocaba madrugar mucho para poder visitar todos los sitios que nos habíamos propuesto.

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