Todas las ciudades tienen sitios que por mucho que gire a su alrededor parece que el tiempo sigue inamovible en ellos, sitios llenos de historia y muchas veces magia. Sitios de esos en los que estar en silencio es obligatorio para escuchar las viejas historias que susurran las paredes.

Hablamos en una ocasión de los miradores de Lisboa. Pues bien, junto a uno de ellos, el Elevador de Santa Justa, se encuentra uno de los lugares que más nos gustó de la capital portuguesa, las ruinas del monasterio do Carmo.

El Museo Arqueológico do Carmo, (Si, es un museo ya que lo que se visita son las ruinas de este viejo monasterio) es el principal recuerdo del terremoto que destruyó prácticamente al completo la ciudad de Lisboa en 1755.

De la que era la mayor iglesia gótica de la ciudad, consagrada en el siglo XV, apenas quedaron los muros y los arcos de las naves que abren, ya no a las bóvedas de crucería, sino directamente al cielo.

Todavía se conservan elementos originales de los siglos XIV y XV en su estructura, como las puertas orientadas al sur, que están decoradas con elementos vegetales y antropomórficos.

La entrada cuesta 2,50€ y además de recorrer las ruinas de la iglesia, donde se exponen piezas escultóricas de este y otros edificios en ruinas, se puede visitar también las salas de un pequeño museo arqueológico con piezas que datan desde la Prehistoria hasta el siglo XIX y entre las que se encuentran desde libros y piezas de orfebrería hasta momias procedentes de Perú o esculturas precolombinas de la cultura Azteca.

A nosotros nos pareció una visita muy interesante y el paseo entre las ruinas de la iglesia nos recordó a nuestra visita a la abadía de Villers-la-ville en Bélgica.

Además por su proximidad al Elevador de Santa Justa, acercarse a conocer el Monasterio do Carmo es una excusa perfecta para disfrutar de unas vistas inmejorables sobre la Baixa y supone la puerta para recorrer el Chiado, uno de los barrios más bohemios de Lisboa donde en otro tiempo no muy lejano artistas y escritores bullían en la época dorada de la ciudad. Una buena forma de conocer tanto el Monasterio como el elevador es a través de una visita guiada por el centro de la ciudad. Si estáis interesados, aquí hay una buena visita guiada en español por todo el centro de Lisboa, donde se visitan estos lugares además de varios rincones más de la capital portuguesa, y que es bastante completa.

Los restos del monasterio do Carmo siguen ahí, en el mismo centro de Lisboa, inamovibles en el tiempo, recordando una desgracia que no se quiere olvidar pues fue y es parte importante de la Lisboa actual. A su alrededor, como si nada, la vida sigue su curso y él, en silencio, ve la vida pasar…

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