Una excursión distinta y un poco fuera de lo común para realizar en Bélgica es viajar a conocer la costa belga. Alli no nos encontramos los bonitos canales de Gante o Brujas, ni los señoriales edificios de Bruselas o Amberes. Allí nos encontramos con pequeñas localidades costeras con mucho encanto, de esas que aumentan comprensiblemente su población cuando llegan las buenas temperaturas.

Bélgica está bañada por el mar del Norte, aunque tiene relativamente poca playa. Sólo 68 kilómetros de costas, las cuales pueden recorrerse con un tranvía que recorre toda la costa, convirtiéndose con esos 68 kilómetros en el tranvía más largo del mundo.

El Kusttram (nombre por el que se le conoce) recorre los 68 kilómetros de costa belga desde la localidad de De Panne, muy cerca de la frontera francesa, hasta Knokke, situado casi en Holanda. El trayecto cuenta con 70 paradas, y realizarlo entero cuesta algo más de dos horas.

El precio del tranvía es de 5 euros por un billete de un dia, el cual te permite subir y bajar cuantas veces quieras. El billete de 3 días cuesta 10 euros. Nosotros sacamos billete de un dia y aprovechamos para recorrer casi toda la costa, bajando en las localidades que más nos interesaban.

Nuestro recorrido fue Oostende- De Haan – Blankenberge – Knokke, cuatro de las localidades más famosas de la costa.

A Oostende llegamos en tren desde Bruselas. Es una ciudad con cierto nombre, aunque no es de las más visitadas del país. A pesar de ello, en el siglo XIX se convirtió en ciudad balneario, convirtiéndose en localidad vacacional de la realeza de la época. Escribí sobre ella hace un tiempo, podéis leerlo aquí.

De Haan es una pequeña localidad muy bonita. Personalmente me encantó. Pequeña y con casitas sacadas de cuento. Además cuenta con un vecino ilustre…. Einstein vivió aquí unos años de su vida. Podéis saber más de De Haan leyendo aquí.

Tras De Haan cogimos nuevamente el tranvia (pasa cada 10 minutos en verano y cada bastante mas en otros meses) para llegar a Blankenberge, uno de los destinos más populares de la costa belga. Aquí es donde veranean la mayoría de belgas. Los que halláis visto la película «Odette, una comedia sobre la felicidad» esta ciudad os sonará…. En Blankenberge es famoso el pier, una estructura redonda de madera del S.XIX que se adentra en el mar más de 350 metros. Aquí podéis leer más sobre esta localidad.

Finalmente, llegamos al final de línea, a Knokke, una de las localidades más cool de Bélgica. Una combinación de playa y tiendas de lujo especialmente preparado para gente con dinero. Destacan su gran colección de tiendas de lujo y su famoso casino.

En definitiva una escapada distinta aunque eso si, llevaros el bañador no implica que os vayáis a bañar… Esto es Bélgica y las temperaturas aqui y sobre todo el sol no siempre estarán con vosotros.

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