Lo que iba a ser nuestro último día en la ciudad acabó arruinado en parte por la fuerte lluvia que nos acompañó durante toda la mañana, y aunque en principio queríamos ver varias cosas, nuestra idea original se vio modificada por una mañana pasada por agua.

Nuestro primer destino del día fue la famosa librería Lello, muy cerca de la torre de Clérigos, y una de las librerías más bonitas del mundo, famosa además por servir de inspiración a J.K.Rowling para la biblioteca de Harry Potter.

Llegamos a primera hora, justo nada más abrir. Tuvimos suerte y fuimos de los primeros en entrar, pero de repente empezaron a entrar multitud de turistas a hacer exactamente lo mismo que nosotros, mirar, curiosear y tocar.

Las fotos están prohibidas en el interior y los empleados están constantemente encima tuyo para que no realices fotos, y por cierto, son bastante antipáticos. Se nota que están hartos de los turistas que sólo entran para curiosear guiados por el fanatismo potteriano. Aun así logré sacar alguna del interior sin que me vieran, aunque eso si, de la escalera central de madera que es calcada a la de la película, no conseguí ninguna, puesto que la vigilancia es extrema, y es imposible sacar la escalera sin gente….

Otro aspecto negativo de la librería es la poca variedad de libros es español. Sólo alguno de poesía y de cocina portuguesa. Novelas ninguna, y eso que son varios los españoles que quieren comprar una novela allí como recuerdo…

A la salida de Lello la lluvia seguía cayendo con fuerza, lo que nos obligó a hacer un alto en el camino y refugiarnos en algún bar. Por suerte, un bar de esos llamados bonitos que nos habían recomendado estaba bastante cerca de allí. El bar se llama «Galerías de París»y está en la calle que lleva el mismo nombre. Así que entramos a ver lo y así desayunar (otra vez). El bar llama la atención por imitar a una tienda de antigüedades. En las vitrinas de detrás de la barra se pueden encontrar objetos de todo tipo. !Hasta un seiscientos de esos de época cuelga de la pared! !Con su matrícula de Roma y todo!

Nuestro plan de hoy incluía ver los famosos jardines del palacio de cristal, pero con la que estaba cayendo nos fue imposible. En su lugar, y para refugiarnos de la lluvia fuimos a ver el Museo Soares do reis, el museo más antiguo de Portugal en cuyo interior se pueden ver cuadros y esculturas de artistas portugueses y otras obras traídas de las antiguas colonias portuguesas en África.

El museo está en lo que antiguamente fue un palacio donde vivía la familia Morais e Castro, familia de grandes negociantes de la época, por eso algunas de las salas tienen balcones que dan al antiguo jardín interior del palacio.

A la salida del museo ya tan apenas llovía, así que fuimos bajando hacia las bodegas (donde iríamos esa tarde) buscando un restaurante. Al final entramos en uno de estos clásicos y viejos, donde comimos típicamente portugés. Caldo verde de primero, que la verdad que no nos gustó demasiado, parecía una sopa con algas duras y poco más…. y de segundo unos Boliños de balalao que estaban buenísimos. Además para acompañamiento nos sacaron una cazuela con arroz y judías que estaba buenísimo. Eso si, comida sobró un montón. De postre probamos Bolo de Bolacha, pastel de galleta, supertípico de aquí y que nos habían recomendado acertadamente de nuevo. No pagamos más de 20 euros por la comida entre dos personas, y las raciones eran hermosas…

Tras comer era el momento de acudir nuevamente a las bodegas. Aún teníamos que ver Ferreira (que nos entraba en el ticket que compramos el día anterior) y queríamos ver Graham’s, de la que nos habían hablado maravillas.

Fuimos primero a ver ésta última, ya que era la más alejada. Resultó ser una pedazo de finca y casi no había turistas. La visita fue genial, probamos un vino de más de 100 euros la botella y nos trataron como señores. La verdad es que yo creo que deben de decir «ya que se toman la molestia de venir hasta aquí al menos vamos a hacer que les haya valido la pena…». Y tanto que valió la pena, la mejor sin duda.(Prometo dedicarle un día un post exclusivamente a ella)

A la vuelta de Graham’s entramos a ver Ferreira, que la teníamos pagada, y bueno, la bodega está muy bien, pero claro, recién salidos de Graham’s nos supo a muy poco… Aun así la visita a Ferreira resultó más interesante que las del día anterior…(Sandeman y Offley)

A la salida de las bodegas decidimos ir ya hacía el hotel dando un pequeño paseo, para así acercarnos cerca del centro a la Rua Formosa, a ver una tienda de alimentación con una fachada modernista llamada A Pérola do Bolhão, que se ha convertido en uno de los iconos de la ciudad.

Tras ver la tienda, continuaríamos el paseo por la Rua Santa Catarina para poder entrar en la iglesia del mismo nombre y ver la capilla de las almas, una acogedora capilla de pequeño tamaño y de gran belleza.

Tras ver la capilla y viendo que ya anochecía volvimos al hotel para planear lo que iba a ser nuestro último día en la ciudad, un día que en principio habíamos destinado a hacer las últimas compras, pero en el que queríamos sacar tiempo para ver los jardines de cristal que hoy la lluvia no nos había dejado ver.

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