Acabo de volver de un viaje por libre a Namibia, y la conclusión no puede ser más rotunda. Namibia es aventura. En mayúsculas. Desde el primer momento que bajas del avión y te montas en el coche; sus difíciles carreteras, sus increíbles paisajes, sus gentes, y sus animales le darán a tu viaje esa pizca de adrenalina tan necesaria para hacer de tu viaje por libre a Namibia una aventura inolvidable.

-La aventura de sus «difíciles» carreteras

Lo cierto es que en Namibia las carreteras son rectas. Es prácticamente imposible dar con una curva por pequeña que sea (aunque alguna que otra hay cada muchísimos kilómetros), pero contrariamente a lo que pueda parecer, conducir por allí no es tarea fácil. Primero porque se conduce por la izquierda, que a la larga es lo de menos. Luego, porque las carreteras de asfalto son mínimas, y la mayoría de las carreteras son pistas de piedras, grava, arcilla o incluso de sal.

Todas tienen un denominador en común, y es que no drenan, por lo que si visitas Namibia fuera de la estación seca y si te cae un pequeño chubasco, verás como las carreteras se convierten en auténticos mares, convirtiendo a algunas pistas (sobre todo las de piedras y arcilla) en resbaladizas. Además, hay que sumarle la gran cantidad de cambios de rasante que en ellas se encuentran y que pocas veces dejan adivinar lo que esconden detrás, por lo que muchas veces tras un cambio de rasante te verás sorprendido por el pedazo de bache que detrás esconde. Preparad bien los amortiguadores y vuestros culos, de verdad que me agradeceréis el consejo a la vuelta. A todo esto, hay que contar con los animales, quienes cruzan cuando les apetece, por lo que hay que andarse con mucho ojo al volante. Eso si, para compensar un poco esta situación, os he de decir que con muy pocos coches os cruzaréis durante el trayecto.

-La aventura de perderse en sus paisajes

Los paisajes que te regala Namibia son uno de los platos fuertes del viaje. Hacer un viaje por libre a Namibia te permite parar allá donde quieras para poder disfrutar del paisaje y perderse por sus maravillosos rincones. Gran parte del país está ocupado por desierto, con sus dunas color rojizo.

La sabana es también otro de los paisajes importantes de Namibia. Mucha de ella forma parte de grandes parques naturales como Etosha o de reservas privadas como Erindi en la que poder hacer safaris. Leones, elefantes, jirafas, rinocerontes, avestruces y sobre todo muchos pero que muchos antílopes son algunos de los inquilinos que encontrarás repartidos por esta zona.

La costa del país es también un sitio mágico. La Costa Esqueletos además de un cementerio de barcos varados nos obsequiará con distintas colonias de leones marinos, tanto en Cape Cross como en Pelican Point, cerca de Walvis Bay.

-La aventura de conocer a sus gentes

Namibia es un conglomerado de tribus que poco o nada tienen que ver entre si. Cuando los países conquistadores se repartieron los territorios de África, nadie se paró a pensar en las tribus que en aquellos territorios habitaban. Simplemente hicieron el reparto y distintas tribus quedaron encuadradas dentro del territorio de Namibia. Los Herero, los Damara, los bosquimanos, son un buen ejemplo de estas tribus pero sin duda, la más carismática es la tribu de los Himba, en gran medida por su poca vestimenta, así como por el pequeño número que son hoy en día.

Hoy es posible visitar algunos poblados Himba que hay repartidos por distintos puntos de Namibia, algunos de los cuales, ya son más una atracción turística más que otra cosa. Pero todavía pueden encontrarse algunos que mantienen su autenticidad, y en la que las caravanas cargadas de turistas no suelen llegar. Cerca de la ciudad de Uis, hay uno que todavía no ha sucumbido al auge del turismo y que es una delicia visitar.

-La aventura de sus animales

Miles de especies habitan con total libertad por toda Namibia. Elefantes, monos, impalas, jirafas, facocheros, orix, avestruces o ñus son un buen ejemplo de ello, y es bastante común encontrárselos de vez en cuando cruzando la carretera a su aire entorpeciendo el paso de los pocos coches que circulan por ella.

Los grandes parques nacionales del país, como por ejemplo Etosha, o las grandes reservas privadas con que cuenta el país, como por ejemplo Erindi son sitios ideales para encontrar algunos de los más grandes y poderosos animales de Namibia. Sin duda que son los sitios indicados para ponernos cara a cara delante de leones, guepardos o rinocerontes.

En definitiva, que si lo que uno busca es aventura, Namibia es el lugar ideal. Y más si decide recorrerla por su cuenta, alquilando un coche y durmiendo en una tienda de campaña sobre el techo del mismo. Así es como la recorrimos nosotros, y la experiencia no pudo ser más gratificante. El país además, todavía sin explotar demasiado turísticamente, es un sitio increíble, un diamante en bruto para todo aquel que quiera disfrutar del verdadero sabor de la aventura. Os aseguro que no os defraudará.

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